La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.

La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.
La "PERLA DE LA UNIÓN". Si todos aunáramos Creencia, en un Ser Único, sabiéndonos parte de Él mismo, la vida cambiaría.

viernes, 17 de abril de 2009

Un diálogo con suspiros


Unas hojas de mis dictados


-Hola Dios.
-Dime, Celia, dime.
-No me recrimines por haber viajado otra vez hasta aquí. Esto es sumamente importante. Quiero devolverte algo.
-Y… ¿Qué quieres devolverme?
-Llevas 20 años dictándome temas espirituales y volcando tus enseñanzas en mis folios.
Me afané en copiar todo lo que me has dictado, intenté decir mis experiencias y también en la forma que pude y supe, propagar Tu idea de Permanencia, de Vida, de Amor, de que tenemos que derribar todo eso que separa al ser humano, que no es otra cosa que Dogma, Color, Murallas absurdas, y dar seguridad de que nada termina.
Que no debemos de tener miedo porque Tu mano nos acuna, aún en la penuria más extrema. De que aquí sólo hemos venido para cosechar experiencias evolutivas, y dependiendo de cada necesidad, el Alma vive esto o lo otro. De que Tú padeces y ríes y lloras con todos los que vivimos porque vives en todos…
-¡No sigas! ¿Por qué repites algo que yo te he dicho y conozco?
-Perdona, es que estoy muy triste. Tengo ganas de llorar. Ya no quiero cambiar nada; mira… que cada uno haga de su capa un sayo.

Aquí tienes gran parte de tus dictados. No he podido con todos, los otros ya te los haré llegar. Por cierto, tienen muchas faltas de ortografía, y nunca te he dicho nada... Yo me limitaba a copiar los dictados que llegaban a mi mente.
-Celia… ¿De verdad piensas que no ha servido de nada todo lo que has dicho y transmitido?
-¿Francamente? De muy poco. Pienso que toda mi zozobra al comienzo de la experiencia, todo mi vaivén emocional, toda esa ansiedad, ha servido de muy poco.
-Hija, no eres única. Comprende que dicto a muchos más; a unos les hablo directamente al corazón, y a otros como a ti, con páginas y páginas de palabras evolutivas.
-Pues lo siento mucho, Dios, díctale a alguien con peso en la Sociedad, que resulta más creíble; y sepa transmitir mejor que yo todo eso que me has contado.
-¿Por qué te vas tan deprisa? No llores ¿No ves que la sal de los ojos puede apagar las estrellas?