Ya no tiene lágrimas. Todas, se fueron río abajo jugando con los cantos de su cauce y haciendo unas caricias a esas ramas que bajaron del árbol ya caduco.
Ya no tiene lágrimas. Todas, terminaron llegando a su destino salado de ese Mar, buscando una igualdad en el comienzo y fin de la historia escrita no sé dónde.
Comienzo y fin. Fin y comienzo.
Así es.