La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.

La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.
La "PERLA DE LA UNIÓN". Si todos aunáramos Creencia, en un Ser Único, sabiéndonos parte de Él mismo, la vida cambiaría.

sábado, 29 de enero de 2011

miércoles, 26 de enero de 2011

Este jueves un relato "Imagen disparadora de Musas"



Hoy te he visto; aunque nunca seremos lo que fuimos… hoy te he visto.

Era fiesta, y me había vestido para la ocasión.
Mi traje recién estrenado, no tenía flores, aunque yo pedía una y mil veces que fuera así... pero era caro y abundaba la escasez. Escogí con delicadeza el más bonito, para ceñirlo al cuerpo de mi hija y para mí, compré unos metros de percal oscuro.

La modista realizó el milagro de convertir en ilusión el mazo de tela.
Prendía todo, ágil, clavando certeramente los alfileres marcando las costuras y su maestría, convertía aquellos trozos que yacían sin vida en formas incluso delicadas, que se amoldaban por arte de manos expertas, a los talles.

Llegaba el día de fiesta en donde las banderas lucían asidas a la cuerda, moviendo con destreza acá y allá sus colores, como una bandada de pájaros silenciosos.

Era un día especial.

Salí a la calle para lucir aquel milagro que había obrado la mujer del cuarto verde, en donde se apilaban patrones, carboncillos, costureros y una máquina de coser que, parecía enorgullecerse con gallardía triunfando con su ALFA, escrita sobre el lomo negro.

El aire gélido me obligó a ponerme aquel abrigo viejo aún más oscuro que el vestido y, ya preparada, me dirigí a la Iglesia.
Te imaginé presente una vez más…, pero hoy… pero ahora… no era mi sueño, no eran mis ojos los que ponían tu imagen sin estar presente.

¡Eras tú!!! ¡¡¡¡Estabas aquí y no eras un sueño!!!!!

Te vi… me viste y, aquellas flores que lucían en los balcones de las calles, llegaron todas de sopetón a mi vida.
Surgió el milagro de reencontrarnos después de tantos años.
Nos miramos callados, traspasamos el iris, y llegamos al Alma que estaba despertando de un letargo grande y entonces, besaste mi mejilla mientras los transeúntes reojeaban sin torcer la cabeza.

Había pasado mucho tiempo desde aquel día.
Tú te fuiste a la guerra y yo me quedé llorando aquella ausencia tuya. Me dejaste un puñado de suspiros y, la sospecha de que no volverías.

Pero algunas veces la vida calla el pasado con un presente que vuelve a ser pasado.

Ahora, en este momento... parece que ha salido el sol, y que las flores todas se desparraman en el ambiente y también... en el suelo, mientras, en el aire se respira un  olor a jazmín, que invade todo.
La vida vuelve a ser maravillosa y viene a arrullar este momento tuyo y mío, intenso, de mirada a los ojos, de manos en las manos. De profundo silencio que no calla.

Y entonces, vuelvo a mirar un trozo de vestido que se cuela, oscuro, entre la botonadura de mi abrigo, más negro aún.
Y te aprieto las manos y tú aprietas las mías y, en silencio te digo adiós.

Y vuelvo a mi vida que hoy… ya no es tuya.

Y tú vuelves a tu vida que hoy… ya no es mía.

miércoles, 19 de enero de 2011

Este jueves un relato. "¿Nos importa lo que ocurre más allá de nuestras fronteras?"



Túnez.
Conocí Túnez, hace unos diez años. Me encantaron sus flores, su clima, sus playas, su lago salado... hasta el cuscús me gustó.
Aún conservo las rosas del desierto y tengo totalmente nítidos en mi mente, los lugares por los que pasé.
También recuerdo a aquellas gentes que mercadeaban con los trueques: camellos, mujeres -a ser posible, jóvenes y rubias-. Todo formaba parte del espectáculo.
Me llamó la atención  una visita a la Medina. Recuerdo el trapicheo, y lo poco que contaba la opinión de la mujer. Nada. Éramos simplemente objetos sin voz ni voto. Ellos esperaban la decisión del macho. ¡Es el colmo! pensaba con rabia
También recuerdo aquella palmada en el trasero que alguien me propinó y que sentí sin ver, pero que disculpé, sobre todo, por la maña y la rapidez del que había sido...
Es penoso que detrás de la falta de cultura, siempre está ese o esos avispados, que llenan sus buches dejando para casi todos, la miseria.
Gobiernan con la premisa: Migajas para ti, el pan para mí, y dame gracias por eso que recibes.
Cuando el polvorín estalla, el que tiene mucho, se escabulle con el botín -en este caso, parece que con toneladas de oro, de la "Señora primera Dama". Y el pueblo se pelea;  los unos contra los otros, sin darse cuenta de que ambos bandos son igualmente víctimas. En una guerra,  nadie gana.
En derribar se emplea poco tiempo, pero reconstruír lo derribado... puede que no alcance toda una vida para reparar los daños en el Alma y en la Vida.
Siempre se repite la misma historia... El abuso  del Ser Humano por el Ser Humano... que debríamos cambiar por, los derechos y obligaciones que tenemos todos los Humanos por igual.
Existen tantas situaciones que deberían remover nuestras conciencias...
Pero como se dice por estos lares Asturianos:
"La conciencia ye verde, y comióla el burru".

miércoles, 12 de enero de 2011

Este jueves un relato "Historias calentitas"


Llegué a casa a todo correr y muertita de frío.

Y es que la calle está intransitable por el hielo, pero ahora, tranquilamente, tus brazos me acogerán y yo, una vez más seré feliz rodeada por ese cobijo tuyo, que tan bien conozco.

Nunca he negado que tengo dos amores. Uno que me acoge entre sus fuertes brazos y el otro… y el otro… que es mi debilidad; por eso le dedico más tiempo:

Te miro despacito, anhelante, mientras observo tu lengua danzarina que se mueve de acá para allá al son de no sé que cosa, lamiendo ahora aquí, ahora allá, sofocándome, amándome, deseándome, para darme esa chispa de vida.
Ella, -tu lengua- va y viene con la experiencia de quien sabe moverse en todas direcciones y mientras, el palo que miro embelesada, va disminuyendo de tamaño mientras mi cuerpo está a punto de derretirse envuelto entre sensaciones de placer.
Alguna que otra vez, emites sonidos casi imperceptibles y entonces, interpreto tus quejidos como esa lucha que quiere y no quiere que todo acabe.
Me acerco más y más… te invito a comenzar avivando tu fuego de nuevo para que esas sensaciones fuertes, implacables, gozosas… no se vayan, y pueda disfrutar de ti, toda la noche.
He soñado tantas veces contigo… he pensado tantas noches en ti que ahora que te tengo, estoy mecida en el sueño del que no deseo despertar.
Oh!!! Qué placer tan bello, incomparable a nada. Sacas de mí esa gatita ronrona que en el fondo soy, y me hipnotizas con ese sabor tuyo que aunque me cueste reconocerlo, me lleva a antaño y no es que con esto te llame viejo ¡qué va!. Pero, tu olor y la del jabón chimbo, van parejos, porque ambos inundáis mis sentidos y me transportáis a ese mundo de los sueños y añoranzas que se confunden con fechas y tiempos.

A menudo pienso que sin mi sofá sedoso no sería nadie, y no digamos sin esta chimenea que me da tantos placeres y que lleva orgullosa su Marca Registrada: Pepín Fernández.

lunes, 10 de enero de 2011