La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.

La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.
La "PERLA DE LA UNIÓN". Si todos aunáramos Creencia, en un Ser Único, sabiéndonos parte de Él mismo, la vida cambiaría.

jueves, 20 de octubre de 2011

Este jueves un relato: "Mitos y leyendas"



¿Quién no ha oído hablar del “hombre del saco”?.

Menudos restregones de lágrimas empapando la almohada que, escurridiza ella, vertía sobre mí, lo mismo que le había regalado yo. O sea una mezcla entre lágrimas y demás derrames nasales, pienso ahora.

“¡A dormir!, Mira que si te escondes, vendrá el hombre del saco. ¡A comer! ¿En dónde te has metido? Mira que si no comes vendrá el hombre del saco”.

“¡Se buena! Hija… mira que negarte a decir tu nombre a la señora Pitita. Ya verás… vendrá el hombre del saco”.

Y venga a alimentar al monstruo, recordando en cada momento esa existencia suya que a la postre, resultó ser una estafa.

El día en el que me enteré de la inexistencia de los Reyes Magos, del Ratoncito Pérez y  del Hada Madrina cayó también –por su propio peso- aquel dichoso hombre del saco.

Mira… y con ocho añitos de los de antes, hasta me atrevía a pensar que mejor se iban todos por la alcantarilla de mis sueños fallidos.

27 comentarios:

  1. Hola Celia.

    Siempre es un placer leerte y una alegría encontrarte por aquí. Si, yo también escuche eso del hombre del saco y varias lindezas más. Pero ¿sabes? Me siento orgullosa de la generación que nos educó. Con muy poco, hicieron mucho. ¿A que si?

    Te dejo un abrazote.

    Maat

    ResponderEliminar
  2. Ayyy Celia por poco no cito al "hombre del saco", lo juro.
    Ese hombre del saco no se llevaba a los niños y niñas malos, !que va!, un día descubrí que era un trapero, llevaba un gran saco para meter cosas sobrantes, además sonreía.

    Con esos "ogros" soñábamos miedos, a cada época sus hombres del saco.
    Besito.

    ResponderEliminar
  3. jajaja es cierto, a mi tambien me amenazaban con que me llevaría el hombre del saco...que pesadilla. A mi no se me ocurrió nombrarselo a mi hija, me daba repelus el pensarlo. Muy bueno Celia.
    Besitos

    ResponderEliminar
  4. jajajaaj
    Me ha encantado!!
    Y es verdad, cuando se cayó el mito de los Reyes Magos, uno por uno fueron cayendo todos.
    jaajajajaaja


    Besos, guapa!!

    ResponderEliminar
  5. Querida, Celia, me niego a que se termine porque aún le veo por las calles y ellos nos recuerdan nuestros miedos, pero también los identificamos con la pobreza cuando buscan en las basuras o miran en las papeleras siempre con un saquillo que disimule su manía o realidad. nunca se llevaban a los niños, pero quizá dentro llevan el suyo, el que aún sueña esperando hallar una fortuna por cualquier olvido de sus semejantes, tirado por despiste en los cubos y papeleras.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Maat. Querida amiga.
    Esta semana ya estoy un poquito más libre. Y es que llevo unos días... atrapada por las circunstancias.
    Dicho esto, me alegra de que pienses lo mismo que yo, sobr el hombre del saco. Aunque a mis hijos jamás les hablé de él, si les di alguna "cachetada". Y me han salido bien educados y estupendos profesionales ¡ya ves!.
    Un abrazote y un besote para ti.

    ResponderEliminar
  7. Hola Natalí. Mira por donde, habrían sido dos hombres del saco... jejeje.
    Entraré esta tarde por vuestros blogs.
    Gracias por tu comentario y un besote.

    ResponderEliminar
  8. Hola María José.
    Parece que no nos librábamos nadie del dichoso hombre del saco... en fin. Surtió sus efectos.
    Besitos, amiguina.

    ResponderEliminar
  9. Lourdes, brujita, o biablillo. ¡qué gracia tienes, amiga!
    Besinos.

    ResponderEliminar
  10. Hola Ranita. El breve, por Madrid ¿o.k.?
    Besinos, sin saco.

    ResponderEliminar
  11. nunca me amenazaron con él. Moría de terror cada vez que llegaba papa noel; mi madre se disfrazaba y desaparecía por consecuencia; un día le vi el guante roto y una uña como ella las usaba. No dejé de temerle, más miedo me dio de ese hombrecillo idiota que era medio hombre, medio mi madre, y que ocasionaba que ella desapareciese. Como a los reyes magos no los veía, era más feliz el 6 de enero.

    ResponderEliminar
  12. La estrategia de educar asustando, lamentablemente ha hecho estragos en nuestra infancia...y en la de tantos otros de hoy que a los que deben temer son a los hombres de verdad -con saco o sin él-.


    Crecer implica perder lo bello de la inocencia, pero también la ingenuidad y los miedos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Jjja Celia ese hombre del saco nos asustó a más de cuatro. Es cuento no me gustaba nada ,preferia las hadas voladoras generosas y entregadas, jajaja, cada uno barre para sus adentros.
    Menos mal que no nos llevó.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Pués si, esto del hombre del saco era una lata, y, a los pobres niños, que pena, que manera de asustarlos. Menos mal que ahora se actua poco así.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  15. Ese mito tiene una explicación real, pero no consigo recordar dónde la leí; estaba vinculada a un personaje que existió en el sur de la península.

    ¡Que viene el coco!!!

    Un beso.

    ResponderEliminar
  16. El hombre de la bolsa se le decía por aquí. Ahora..., me gustaría realmente que Vero, (ya que dijo le parece tenia la leyenda asidero real) o alguien lo explique el porqué del homnre del saco. Sino, se me ocurre una falta de imaginación, eso de endilgarle malicia a un hombre por solo llevar un saco, sin especificar que llevaba dentro, y que hacía con él. Ja!!
    Por lo demás, los atemorizantes tenían una función específica, y de hecho funcionaban. No creo que se puedan juzgar sin el contexto apropiado.
    Para el análisis Celia lo que trasunta de tus palabras.
    Te mando un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  17. Las modas cambian y las leyendas también. Pero lo que debe de cambiar es la forma cómoda e inaceptable de intentar convencer a nuestros niños.

    Que ya tendrán oportunidad de conocer a otros hombres del saco en la calle o la televisión.

    Besos

    ResponderEliminar
  18. Uffff, la de tiempo que hacía que no oía El Hombre del Saco. pero debe ser una de las leyendas/mitos mas extendidos durante la infancia. Menos mal que despues la razon se impone.
    Un beso

    P.D.: por cierto Celia, ¿que le ha asado al pato de la cabecera?

    ResponderEliminar
  19. Que cosa tan desagradable asustar así a los niños para que hagan las cosas. A veces esos miedos se cargan durante años y generan temores que después cuesta mucho superar. En mi país se dice el hombre de la bolsa y si bien a mí me lo nombraban, yo intenté no pasarle estas cosas a mi hijo.
    Lo demás como los Reyes, Papa Noel, me parecen más inofensivos, aunque no dejan de ser mentira.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  20. Cuando desaparecen los miedos de la infancia, también desaparece la inocencia. Hermoso querida Celia.
    Un cálido abrazo.

    ResponderEliminar
  21. Eso de que se fueron por la alcantarilla de los sueños fallidos me ha gustado mucho.
    Aquella era una forma de educar, de lograr la obediencia: el recurso al miedo.
    Un besín, Celia.

    ResponderEliminar
  22. mi muy querida celia...dos puntos...sepa usted que en verdad el hombre del saco existió...sepa usted que fue un tipo que vivió allá por los 10 delsiglo anterior y que se llamaba..bue, de eso sí que n me acuerdo...sepa usted que ese tipo tenía que ver con algo así como con el sacamantecas, que tenía que ver con algo así como con eso de que cogía niños y los metía, literalmente, en un saco, donde , tras apalizarlos, les sacaba las mantecas y la sangre...ay, celía, que este mamón sí que existía. lo que sucede es que sólo fue uno y no tuvo el don de la ubicuidad que tiene el dios...o sí tenía este don a través de los cuentos que nos contaron cuando éramos pequeños'
    medio beso, guapa.

    ResponderEliminar
  23. Por aquí le decían el Hombre de la Bolsa, pero la intención era la misma. Supongo que algún daño me causó, porque he sido (lo sigo siento tal vez) muy miedosa. A mis hijos solo les trasmití las leyendas navideñas, y supieron disfrutar de su padre y las reuniones con sus primos así como de ir a buscar pasto (viviendo en apartamento) al parque para los Reyes Magos. La fantasía es bella, como adorno del día a día. Después está hacer de nuestra vida real algo VERDADERAMENTE bello..

    Lindo leer tu relato y verte de nuevo por aquí.
    besos, amiga Celia

    ResponderEliminar
  24. El famoso hombre del saco, hay que ver la de miedos infantiles que ha ocasionado. Había otros muchos personajes para influir en la voluntad de los niños y lograr su obediencia bajo el influjo del miedo. La verdad es que sobrevivimos y no parece que nuestros progenitores lo hicieran nada mal, a pesar de estas argucias con las que amedrentarnos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  25. En el fondo quizá siempre supimos que eran cuentos, o quizá no, no lo sé, me queda muy lejos la credulidad de la infancia, también se ha ido por la alcantarilla.

    Celia, si te apetece pasarte a las cuentos de miedo, te convoco al HALLOBLOGWEEN.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  26. Gracias, amigos.
    Nos vemos en un finde lleno de terror.
    Besos

    ResponderEliminar
  27. El hombre del saco. de todos los mitos, leyendas, o realidades es que siempre me ha dado más pánico. UN ser aterrador!

    Unabrazo siempre Celia. Espero que estés muy bien.

    ResponderEliminar