La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.

La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.
La "PERLA DE LA UNIÓN". Si todos aunáramos Creencia, en un Ser Único, sabiéndonos parte de Él mismo, la vida cambiaría.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Sin pena ni gloria...



                                                 Fotografía de   Virginia Neira Agüera.


"Cuando los ojos se centran en ver, solamente lo que les es mostrado, rara vez encuentran lo que buscan.
No creas que la comunicación llega cuando, perdida, tú la buscas, sino cuando la comunicación te busca a ti, sabiendo que la acoges.
La vida del ser humano, es fascinante. El mismo cuerpo lleva vidas y esas vidas, albergan otras. Cada una es necesaria para el otro, por eso se desvanece la idea de individualidad.
Cada ínfima parte, es necesaria para la gran parte. Sin la pequeña no puede existir la grande.
Llevado a los seres humanos, es necesario conocer que cada uno de los vivientes es necesario para el otro.
Un simple pensamiento es indispensable para que el ser humano labre su vida espiritual.
Cada sensación que producen o albergan los vivientes es el resultado de una acción que incide en la propia vida.
Sabrás que los que viven en la tierra, ya conocen otras vidas, pero existen muchos vivientes que no necesitan de la tierra para vivir.

Piensas si los animales evolucionan y si tienen Alma o no.
Todo lo creado forma parte de la creación y todo es necesario para que la creación siga siendo.
Los animales evolucionan también, pero su reino no es el reino humano, sino el reino que habita en otra rueda de existencia también evolutiva".

Qué así sea...



lunes, 28 de mayo de 2012

Y me avergüenzo de veras.






¿Sabéis el motivo de mi afición por salir de este mundo en el que vivimos, y volar por los cielos? ¿Me comprendéis ahora?
Estamos en pleno conflicto entre los vivientes. Ya dice el dicho que “cuando falta el pan, el amor salta por la ventana”. Un refrán que ahora mismo toma todo su sentido.
Estamos en precario –unos más que otros, bien cierto es-, pero pienso que esto no va a terminar de rositas, y que nos vamos a ir todos por el despeñadero, -sin ánimo de ser agorera-.
El tema es que, algunos, –más bien una muchedumbre ansiosa-, dejó el caminito establecido, con sus curvas y todo, pero a la postre, bastante transitable, para echar a correr por el sendero y en esa estampida, llevar todos los frutos que colgaban del árbol, y las flores del suelo, y los surcos sembrados por tantos y tantos afanosos que trabajaban de sol a sol.
Y con los ojos avispados, tirando hacia un lado a todo aquel que tratara de alcanzarles, llegaron en comitiva exprés, con su hermoso botín, al final del camino. Un final adornado por todo tipo de lujos y deseos cumplidos.
El sol sigue brillando, la tierra aún ofrece frutos y semillas, las fuentes siguen manando, pero… ¿quién va a escuchar todo el cántico de la vida, si los ojos del llanto ya no nos deja ver por tanta miseria desparramada?
¡Ah!... ¿qué voy a hacer yo, que siempre proclamé que yo soy tú? Que siempre mantuve la firmeza de que todos somos Uno, y que nos hemos disgregado en Partes…
Entonces… ¿Yo soy tú? Y tú... tú... ¿eres... yo? Tú que has saqueado sin piedad casas y vidas ¿eres yo?

Pues eso: que aunque no haya corrido con botín alguno, estoy avergonzada.

Y me avergüenzo de veras.



lunes, 21 de mayo de 2012

Sobre mí






Amiguinos:
Me comentáis que tengo suerte por tener tanta creencia espiritual.
Cierto es que hoy, ya lo tengo claro, clarísimo. Pero me ha costado lo mío asumir lo evidente. Y ¿sabéis? para creer de verdad, tenemos que dejar reposar un poco, cada día, a nuestra mente y saber escuchar al Alma; sentirla; conocerla es fascinante, y en el momento en el que la conoces, jamás volverá a ser extraña para ti.

Por supuesto, no soy ninguna extraterrestre. Ni vivo fuera de las circunstancias. Tengo mis pies aferrados a la vida, al camino; pero las experiencias que me hacen pupa,  ya me resultan más sedosas, y comprendo mucho a los demás. Tal vez porque ahora ya, me comprendo a mí.

Un fuerte abrazo para todos. Para los poquitos que dejáis comentarios y también para todos los que entran miran y se van -que yo controlo-,  y que no dejan huella.
¿Tal vez os parezco en las nubes? Pues no. Estoy terrena, disfruto con la vida -lo que puedo- tengo mis problemas, pero me siento feliz porque he descubierto toda nuestra Grandeza interior. Intento trasmitirla, y ofrecer este sentimiento que es el Capitán de mi buque de la vida.
Por cierto... disto muchísimo de estar como esa cabra que está en la foto. Que conste, que no lo digo sólo yo...
Besinos para todos.



jueves, 17 de mayo de 2012

No puedo resistirme. Es que tengo mucha "cosecha espiritual" y me gusta regalar producto.







"Guantes sin manos, no se necesitan, pero las manos anhelarán guantes cuando llegue el frío".
Cinco son los estados interiores del ser humano:
Consciencia- razón
Subconsciencia
Supra conciencia
Conocimiento y luz
Esencia y Todo.

En ocasiones, el ser humano aúna todos los estados emocionales en uno solo.
Cuando intentas nublar la razón, ella corre a abarcar todos los conceptos elevados y algunas veces, su fuerza anula esos sentimientos.
En otras circunstancias, cuando el Todo vuelca sus mensajes, la razón se calla.
La mente, la razón, el intelecto, se sabe conocedor de la materia; del comienzo y del final de las cosas, y no quiere admitir los conceptos: Todo, No fin, Energía, Luz Eterna, Infinito… ya que todos esos conceptos le resultan inabarcables.
Por eso tiene constante lucha con lo que considera no real.
En el ser humano está Todo, sin ser Todo, y en él, se alberga la duda y la realidad.
Tus sentimientos están plenos de Luz y también nublados porque tus estados se han fusionado en uno.
El Alma alcanza a la Razón, y la Razón ya sucumbe a la existencia del Alma, aunque aún duda.
La Luz intensa brilla en ti, pero deja de brillar cuando la Razón interpreta que no brilla.
La intuición en ti es grande, tú eres intuición. Pero el ego de la Razón, toma las riendas y opaca a ese sentido tan sublime que esconde la Verdad.
Tienes razones para creer porque has visto con los ojos varias veces. Tienes razones para ignorar porque ves razones incoherentes en tu entendimiento.
Suma uno y uno. Suma dos y uno. Suma tres y uno…
Todo son conceptos y sabes que esas sumas son reales, aunque se basen en algo que no comprendes. Pero es así, porque tiene que ser, ya que ha sido demostrado.
Pues tal como son las sumas, son los sumandos. Y si no existieran las sumas no existirían los sumandos.
Extrapola el concepto hacia tu vida Espiritual. Todo será más comprensible cuando disipes tus dudas.

lunes, 14 de mayo de 2012

Tú dictas, yo escribo.





"Que no te asuste jamás el concepto Muerte. Siempre se muere a una circunstancia, para comenzar en otra.
En los Suburbios viven unos. En los Palacios viven otros. Quien hoy es huésped del Palacio tal vez ayer formó parte del Suburbio.
Los Altares están para ser visitados, pero en el Altar, no hay nada que puedas ver con tus ojos. Ese es el motivo de la visita, pero el visitado no es visible. Y no es visible, aunque esté porque la mirada del Alma, no ve. La mirada del Alma, mira y siente. Y al sentir, no necesita visitar para encontrar.
La vida del ser humano y su experiencia, es motivo de aprendizaje, aunque no sea motivo de dicha en su presente.
Las luminarias abarcan el Cosmos, y entre las luminarias... la vida en la tierra.
La Luz es el Todo en el Cosmos. La Sombra es la parte que vive para llegar a la Luz.
No tiembles cuando te habite la desesperanza y piensa que ella está para que llegues a afianzar tu Esperanza.
Debes ser feliz. Baila al son de la música y, si esta no suena, no dudes en leer la partitura del silencio.
Todo es por algo. La casualidad no existe.
No temas... ríete, sé feliz y siente que las desdichas no son más que, parpadeos en tu experiencia evolutiva."

jueves, 3 de mayo de 2012

Este jueves un relato "La Edad media"




No había tiempo. Todo estaba oscuro y las sirenas parecían roncar de un lugar a otro. Y digo bien, roncar, porque de tanto sonar ya casi no sonaban.

Las lechuzas habían dejado de cantar y los pinos, inclinados, hacían reverencia por el peso de la lluvia en sus ramas.

No había tiempo. Mis piernas, agotadas ya de tanto deambular, pedían descanso y mis brazos, apretando el pecho, tiritaban al compás de este corazón que luchaba acelerado, por todos los miedos, las zozobras y los espantos que tenía delante de mí.

No había tiempo para el tiempo de paz. La guerra sonaba allá a lo lejos, y también a mi lado, confundido con mis palpitaciones, con las sirenas, la noche y la lluvia.

De pronto unas llamaradas me invitaron a ir hacía el lugar enrojecido.

Y llego y observo cómo una antorcha ilumina un lugar ocre, macilento… en donde se apiñan un sinfín de cuerpos.

Miro, casi sin poder ver;  percibo poco a poco la estampa que se alza ante mí, y me ensombrezco aún más.

Me apoyo en la pared y dejo resbalar la espalda hasta que, todo mi cuerpo, se hace un barullo aterido en el suelo frío.

Abro de nuevo mis ojos y calculo la edad de todos aquellos, muertos, apilados… Su edad media, no superaba los veinte años.