Siguiendo mi Camino

Un ejército de Luz, vibra en ti. Es tu Creación.
El Ser Humano, con su actitud, crea Luz o Sombra. Si creas Sombras, es porque tu actitud ante la vivencia es sombría. Cuando vibras en actitud de positivismo, Amor y Luz, creas Vida luminosa para ti y para los que te perciben.
Cuando el cuerpo físico aloja al Ser, este tiene una Gran misión: Ser el buque que llevará al Espíritu hacia su destino, capitaneado por el Alma.
Cuando la Mente del que lleva el barco, toma la travesía,... sin dejar que intervenga nada más que la Razón, puede llegar al final del trayecto, pero siempre estará mirando el Mar en su parte física, sin hacer reflexión sobre el motivo de la mar quieta o rizada.
Cuando el Alma, esperanzada, confiada, lleva el timón, dejará un bello rastro tras de sí, según se mire de forma confiada y positiva.
Cuando el Alma aún está atada a la Mente, puede realizar lo que la Mente le ordena y obviar su Sabiduría.
El Alma está enjaulada, cuando no tienes fe.
Porque la fe deja libertad al Alma para vibrar con el Espíritu.
No hagas caso a la Mente, cuando te hace culpable de actitudes. Hazle caso al Corazón, que él sí conoce de Amor.
Bajaste con un proyecto y estás inmerso en él. No temas.
Ten un Lugar dentro de ti, para que realice el cambio de tus acciones de duda, por realidades, cuando se refiere al Amor.
Si las penas fueran Ríos, el Mar, lloraría. Pero las penas no son más que sentimiento de abandono y el abandono se lava con la creencia en el Amor.
Si fueras una flor, el jardín reiría de gozo con tu presencia.
Si fueras una espina, el Monte entero, sería refugio para que recordaras que la espina solo trata de salvaguardar su flor.