La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.

La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.
La "PERLA DE LA UNIÓN". Si todos aunáramos Creencia, en un Ser Único, sabiéndonos parte de Él mismo, la vida cambiaría.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Una caída


He tenido un accidente, y estoy aquí, escribiendo esto, de puro milagro.
Sí. Me desmayé, dicen que por una lipotimia. Y el trastazo ha sido tan grande que en el Hospital se asombran de que esté con vida. Y es así, porque el golpe en la zona occipital de mi cabeza, podría haberme hecho pasar a ese otro lado, del que tanto hablo, en el que creo y también al que pienso hacerles esperar un poco, con mi presencia.
Digo esto porque en el referido Centro de Salud, me atendieron muy bien como profesionales, y sobre todo como seres humanos. Me miraron y me mimaron, que es tan importante lo segundo como lo primero.

En la sala de espera:
-¿Es usted de aquí? me dice una mujer de mediana edad, con acento sudamericano.
-Sí.
-Yo no. Yo soy de Colombia.
-¿Lleva mucho tiempo en España? le pregunto
-Soy lisensiada allá, pero trabajo aquí de asistentita desde hace casi un año. Tengo dos hijitas con mi mamá, y espero volver pronto. Y a usted ¿Qué le pasa?
-Es que me encontré mal, muy mareada y me desmayé. Ahora vengo a urgencias porque así me lo indicó mi Doctor.
-Vaya por Dios. Lo mismito, mismito, le pasó a un amigo mío de mi país, que además era médico, y al pobre le diagnosticaron un tumor cerebral. Pobresito, con lo buena persona que era, y fíjese no era mayor que usted, o sea en la plenitud de la vida…

Me entra algún vahído que otro; tanto fue el impacto que estuve a punto de desmayarme otra vez.
Cuando entro en la consulta y me toman la tensión, la tengo por las nubes. Se miran los doctores entre sí, y yo les digo:
“No se preocupen que ha sido una subida momentánea por todo lo ocurrido…”

Pruebas y mas pruebas mientras estoy en la camilla de un pequeño habitáculo inmaculadamente blanco, esperando mi sentencia.
Y entonces me acordé de tantas y tantas personas, que todos los días pasan por ese calvario.
Y de tantos que esperaron escuchar su nombre, hacinados, con la sentencia del crematorio.
Y de tantos que son pisados por las botas de sus semejantes…
Pero el caso del hospital, no tiene que ver con todo esto. Simplemente fue una reflexión sobre las esperas angustiosas, que tal vez pensé para huir de mi posible sentencia…
Hoy el sol brilla y ya casi no vislumbro aquella nube que ayer cubrió mis desvaríos.