
-¿Quieres dejar de ser niña de una vez? ¿No te das cuenta de que han pasado los años y sigues bailando al son de una música estridente, haciendo hacer a tus huesos maduros?
¿Por qué esas salidas de ingenuidad? Mira… algunas veces veo en tus ojos el infantilismo y la transparencia de una cría.
-Cariño… ¿Qué más te da? Es algo que vive en mí y surge como puede surgir una sonrisa, o un llanto… o incluso, unas palabras. Soy así.
-Pues ya es hora de que cambies porque has pasado la cuarentena.
-Lo sé. El problema es que el día en que haya perdido esa parte de inocencia, estaré muerta.
-¿Estarás muerta por matar a la niña que deberías de haber dejado atrás hace muchos años? ¿No es hora de que seas adulta?
-Estaré muerta, porque esa parte de inocencia es la que me hace crecer y creer en el ser humano. Y confiar en todo aquel que se cruza e mi camino. Y sonreír incluso a esa persona que sabes te va a fallar en cuanto des la vuelta. Y dar un estampado beso en esa mejilla que se acerca sin mimo. Y correr cuando cruzo la calle… Y pensar en que mañana no habrá nubes negras y que las estrellas estarán al alcance de mi mano.
-¿Eso te hace feliz? ¿Te gusta vivir de ilusiones?
-Simplemente, mi ayer continúa conmigo y eso me hace mirar con otros ojos esa parte de las vivencias amargas.
¿Por qué esas salidas de ingenuidad? Mira… algunas veces veo en tus ojos el infantilismo y la transparencia de una cría.
-Cariño… ¿Qué más te da? Es algo que vive en mí y surge como puede surgir una sonrisa, o un llanto… o incluso, unas palabras. Soy así.
-Pues ya es hora de que cambies porque has pasado la cuarentena.
-Lo sé. El problema es que el día en que haya perdido esa parte de inocencia, estaré muerta.
-¿Estarás muerta por matar a la niña que deberías de haber dejado atrás hace muchos años? ¿No es hora de que seas adulta?
-Estaré muerta, porque esa parte de inocencia es la que me hace crecer y creer en el ser humano. Y confiar en todo aquel que se cruza e mi camino. Y sonreír incluso a esa persona que sabes te va a fallar en cuanto des la vuelta. Y dar un estampado beso en esa mejilla que se acerca sin mimo. Y correr cuando cruzo la calle… Y pensar en que mañana no habrá nubes negras y que las estrellas estarán al alcance de mi mano.
-¿Eso te hace feliz? ¿Te gusta vivir de ilusiones?
-Simplemente, mi ayer continúa conmigo y eso me hace mirar con otros ojos esa parte de las vivencias amargas.