
Y cuando el acontecimiento llega no es necesario decir a quién le llega, porqué le ha llegado; porque su conocimiento lo sabía yaciendo en el no recuerdo.
Y lo justo de la vida hace justicia porque la justicia es el equilibrio.
Y cuando alguien va en contra del otro, bien por la palabra, bien por la acción, sólo está proyectando lo que será su vuelta al comienzo de la vida.
Tú, que escuchas estas enseñanzas que porta el Alma, descubres tu Alma, cuando ésta saltó de su letargo, y recordaste lo que ya sabías.
Y sabías que el camino hacia tu vuelta no está en los dogmatismos ni en las fanáticas ofrendas y alabanzas hacia Él, sino en tu buen hacer día a día con el que padece y el que ríe y el que ama y el que ignora.
Y sabías que el camino hacia tu vuelta no está en la traición ni en el odio ni en la venganza ni en acabar con la vida del otro ni en el robo ni en los abusos hacia la voluntad del otro ni en los abusos en cualquier circunstancia.
Y sabías que el camino hacia tu vuelta está en el Amor, en la corrección cuando es necesario corregir. En la protección, cuando hacia el bien se protege, y en mirar con el cobijo y la enseñanza.
Y sabías que Él es el Todo que espera la parte. Y que Él es el Origen y el motivo y la ternura y la llegada.
Y sabías que Él ama y que no tiene odio ni rencor ni palabras temerosas ni amenazas...
Y sabías que en el Amor de Él no tiene cabida la venganza, pero sí la justicia. Y esa justicia es llevada a cabo por el que vive en la carne cuando deja de ser, Ser Humano.
Y sabías que no debes sacrificar tu cuerpo como sacrifico a Él, porque Él desea sacrificio sólo cuando es necesario en beneficio de otro.
Y sabías que la tierra tenía cobijo para todos y todos debían de ser cobijados.
Y sabías que la mentira a nadie beneficia porque quien la dice retrocede. Y quien la escucha, hoy o mañana, sabrá que recibió lo que no necesitaba.
Y sabías que los disturbios provocados por el ser humanos sólo hacen alejarlo de su Esencia.
Y Él, que es Amor y ama, esa parte de Amor que vive en los que viven, espera la vuelta de todo aquel que existe, aquí y allá; en el monte y en el río, en el palacio y en la choza, en la pobreza y en la abundancia.
Y Él, que es Amor, no quiere que los seres humanos vivan separados por la adoración ni el color ni la religión ni las creencias absurdas.
Y Él, que es Amor, desea unión, comprensión y esperanza, en cada paso...