
Miró tras los ojos que tanto había anhelado y leyó absurdamente que ya a él, no le importaba su presencia.
Pero...
Un trino acunó aquella pena suya, diciéndole que nada era verdad; que estaba equivocada y que los zarcillos eran simples pensamientos de veleidades.
Entonces...un soplo de aire inundó aquella vida vacía en medio de silencios y palabras amargas que vivían en su vida.
Y descubrió que le gusta reír a carcajadas, y que los días de sol ya tienen brillo; que sube las colinas sin darse apenas cuenta; que atrás quedó la tristeza y la melancolía.
Que las espinas son suaves caricias en la piel y que los reptiles, casi no le dan miedo.
Descubrió que las nubes esconden parcelas de cielo inexploradas, y que los ríos cantan canciones en su bajada.
Descubrió que existen sinfonías de luces bellas y danzarinas palabras amatorias abrazando su cuerpo, cuando la vida calla.
Un trino acunó aquella pena suya, diciéndole que nada era verdad; que estaba equivocada y que los zarcillos eran simples pensamientos de veleidades.
Entonces...un soplo de aire inundó aquella vida vacía en medio de silencios y palabras amargas que vivían en su vida.
Y descubrió que le gusta reír a carcajadas, y que los días de sol ya tienen brillo; que sube las colinas sin darse apenas cuenta; que atrás quedó la tristeza y la melancolía.
Que las espinas son suaves caricias en la piel y que los reptiles, casi no le dan miedo.
Descubrió que las nubes esconden parcelas de cielo inexploradas, y que los ríos cantan canciones en su bajada.
Descubrió que existen sinfonías de luces bellas y danzarinas palabras amatorias abrazando su cuerpo, cuando la vida calla.