
¡Hoola Dioos!
-Hola hija... vienes muy distendida, canturreando mi nombre ¿Qué te trae por aquí?
-Nada. Sólo vine a visitarte.
-Hija... Te lo repito siempre. No terminas de comprender que vivo en ti. No debes gastar tu energía en viajes inútiles. Todo está en tu interior y yo habito en tu Alma y el Alma es tuya.
-Es que me aburría en la tierra, y necesitaba este espacio. ..
Además tengo que decirte que si el otro día todo estaba mal allí abajo... hoy está peor.
-Ya lo sé hija. Ya lo sé. Pero es algo pasajero. Vuestra actitud ante las circunstancias de la vida os hace pasar por tantas desdichas. Debéis aprovechar cada momento para aprender y evolucionar. Es necesario que os deis cuenta de que vuestro rumbo está cambiado.
-¡Ah!
-Pero hija... no puedes engañarme, ya sabes que yo sé todo. Si te pregunto es para que tú hables y seas sincera. Es necesaria la sinceridad siempre, y sé que tú deseas algo de mí.
-Mira Dios... pues es verdad. Necesito que envíes un huracán que prometí el otro día en los "Sábados Literarios". Y es que he dado esa excelente noticia, como una primicia Internacional, y... si no la conviertes en realidad, nadie va a confiar en mí, nunca más.
-Hija mía... promete sólo lo que vas a cumplir. ¿Cómo se te ocurrió semejante idea?
-No sé. Me imaginé que un huracán lleno de Amor y de todo lo bueno, es lo que necesitamos.
-Sí hija. Sería maravilloso. Pero no es posible.
-¡Ah!
-Hija...Nunca des una noticia buena o menos buena, que no sea real.
-Ya... La verdad es que he venido por eso, para pedirte ese grandísimo favor. Pero si no puedes... nada. Adiós.
-Bien sabes que puedo, pero mira hija... no tengo forma de enseñarte por mucho que te diga... ¡Tú debes de ser ese huracán!
-¿Yo?
-Sí hija. Si os dieseis cuenta de todo lo que podéis hacer los unos por los otros con el viento del Amor y de la Vida; con el viento de la Comprensión y de la Ayuda, crearíais un mundo nuevo. Debes saber que la dedicación a los demás está en tu camino, y que debes de abandonar tu vida cómoda en beneficio de los otros
-¡Ah!
-Es extraño, hija. Nunca dejas que termine de hablarte cuando ya te has ido... ¿A qué esperas?
¿Por qué te ocultas detrás de esa estrella?
-Es extraño, hija. Nunca dejas que termine de hablarte cuando ya te has ido... ¿A qué esperas?
¿Por qué te ocultas detrás de esa estrella?
Venga...¡Baja ya! Pero... ¡Será posible....!