
Algunos días, no puedo evitar esa tristeza que atenaza mi corazón y estruja, los pensamientos de libertad, amor y dicha.
Algunos días, percibo las caricias como soplos fríos y las palabras de amor y besos, casi las ahuyento con mi actitud pasiva.
Algunos días, escucho oscuridades en el baile de mis teclas y las miro lastimosa, como si fueran las causantes de mi desamparo.
Intento arbolar mi bandera de Amor y Vida y me encuentro, con pedazos de dichas troceados inundando el suelo, alimentando la mirada melancólica que se posa una y otra vez.
Algunos días, espero que la tristeza huya y que deje espacio a todo lo hermoso que rodea mi vida.
Pero… es la vida. Y la vida... no debe callar.
Algunos días, percibo las caricias como soplos fríos y las palabras de amor y besos, casi las ahuyento con mi actitud pasiva.
Algunos días, escucho oscuridades en el baile de mis teclas y las miro lastimosa, como si fueran las causantes de mi desamparo.
Intento arbolar mi bandera de Amor y Vida y me encuentro, con pedazos de dichas troceados inundando el suelo, alimentando la mirada melancólica que se posa una y otra vez.
Algunos días, espero que la tristeza huya y que deje espacio a todo lo hermoso que rodea mi vida.
Pero… es la vida. Y la vida... no debe callar.