Me gustaría ser moderadora política. Sí… sí.
¡Uy! que emoción me da sólo con pensarlo. Ya siento subidón..
La mesa con micrófonos, agua, con “gotines”, por eso de desinhibirse que mola mucho más.
Al comienzo, cuando todos hablen lo que realmente no piensan, y se afanen en planteamientos irreales, utopía por aquí, utopía por allá…, tendría la megafonía apagadita mientras se escucha una canción “amigos para siempre”, que ellos no oyen porque están absortos en lo suyo.
Y cuando ya estuvieran dispuestos a decir lo que realmente piensan… abriría el sonido.
¿Lo peor del caso?
Que me quedaría en la calle… pero como ya estaba en ella…