La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.

La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.
La "PERLA DE LA UNIÓN". Si todos aunáramos Creencia, en un Ser Único, sabiéndonos parte de Él mismo, la vida cambiaría.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Un cuento


Había una vez, en un pueblo muy lejano, una joven, que vivía el amor mas maravilloso que jamás nadie pudo imaginar. Se elevaba por los espacios Siderales, y volaba con su imaginación, imaginando un mundo a su medida, y un futuro plagado de dichas y de amor.

Pero… un día, volvió la mirada a un lugar pasado y conocido, y tal vez una nostalgia de otras vivencias hizo que torciera el rumbo de los paraísos soñados detrás de la montaña.

Y vivió, y atesoró experiencias, y su vida fue feliz, y sus cosechas abundantes, y en su aldea todo el mundo le decía qué suerte tan grande había tenido con sus seis hijos, y con un marido bueno y trabajador. Ella asentía con su cabeza y sonreía, y sabía que todos llevaban razón.

Pero un hueco en su corazón no le pertenecía a nadie, y tampoco a ella misma. Y soñó con aquella parte de su vida, muchas veces; despierta y dormida, y al despertar ella rechazaba la historia soñada una y otra vez, intentando borrar de su memoria lo imborrable.

Y llegó el día en que en su lecho de muerte, mentalmente, se despide de todos, presentes alrededor de su cama, y en su último suspiro traspasó la ventana con la mirada azul, reflejo de aquel cielo que siempre habitó su corazón.

Y ya… su Alma sin cuerpo se dirige al Lugar.

Y Alguien la recibe:

-Has vuelto a la verdadera Vida, dime, que tal te ha ido.

-¿Por qué me preguntas?. Lo sabes.

-Sí, pero quiero que seas tú quien me diga.

-No ha sido fácil. He tenido buenas experiencias, y me has dado mucho más de lo que pude imaginar, pero he vivido pensando en el pasado, muchas veces… imaginé cómo habría sido mi vida si no hubiera torcido el rumbo aquél día tan lejano.

-Dime ¿qué has aprendido de tu experiencia en la tierra?

-Aprendí muchas cosas. Aprendí a ser tolerante, a comprender; aprendí a mirar; aprendí cómo se sufre en el sufrimiento y cómo se goza en los buenos momentos. Aprendí el sentido de las responsabilidades. Aprendí a amar…

Pero sobre todas las cosas, tengo la mejor lección grabada en mi memoria:

“Escribir siempre el fin de una historia, esas que se agotan por el desencanto y demás circunstancias. Sólo así te desprenderás de tu pasado”