Ingredientes:
½ hora de baño relajante.
2 sábanas suaves
22 grados en la estancia
1 playa desierta
Varias olas.
Algunas nubes de pesares (si tienes a mano). La receta resulta mejor, si no tienes.
Te das un baño relajante de una media hora, en agua tibia.
Más tarde te envuelves en sábanas suaves, en una estancia con temperatura media de unos 22º.
Tumbado, con los ojos cerrados, imaginas una maravillosa playa desierta, en donde las olas envuelven, con ternura, tu cuerpo; una y otra vez. Y te arrullan con suaves caricias.
Y si tienes pesares, imaginas que esa ola, que llegó grande, se dirige con todos tus problemas, hacía el horizonte.
Y se pierde en la lejanía, dejando que te invada un plácido sueño.
Esta receta es espacial para la noche.
Hasta donde alcanzo a comprender… En nuestro Yo, habita la Permanencia. Se instala la Quietud. Se vive la Libertad. Se encuentra el Conocimiento. Se siente la Verdad. Se absorbe la Sabiduría. Se palpa la Realidad. Y la gran Realidad es que Yo... es Tú. El yo Racional, comete errores. El Yo Espiritual, nos enseña el Camino. El díalogo no se hace esperar mientras la vida transcurre, entre Luces y Sombras.
La Perla de la Unión. Un Simbolismo Universal.
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Aplicaré tu receta. Me parece poco probable que concilie el sueño, ya que el insomnio vive a mi lado, creo que por y para siempre.
ResponderEliminarMe gusta esta "nueva" modalidad que escribes.
Lola Aparicio. Madrid.