Te quería contar una historia. Pero me sellan los hados del destino, las huellas del teclado.
Mis manos atadas y mi mente vacía, me hacen olvidar, para que no cuente la retahíla de ideas que ayer tenía pensado plasmar en esta esquina.
Y mi mente blanquecina dice nada. Sólo se afianza en un túnel con grandes rocas a los lados, para martillearme y decirme que no me corresponde nombrar mis pensamientos en un papel.
Y yo le digo…" Soy libre para expresar ideas. Son mías. Y como tal tengo el derecho sobre ellas".
Pero mi lado gris repliega y se repliega para volver a acallar esa Luz que comienza a infiltrarse por los recovecos de mi mente.
Y me dice… "Son absurdas plegarias a la nada. No seas tonta… Mira tu presente y vive confiada el hoy, porque el mañana no existe. Solo existe en tu cabeza, hoy medio adormecida. Porque yo te acuno. Nada más. Cuando esta vida acaba, ya no hay nada…"
Pero yo, taciturna de mi, sigo intentando escribir eso que ayer quería, e intento espantar la roca gris hacia un lado con el soplido fuerte que sale de no sé donde.
No puedo; porque me aplasta dejándome plegado el sentimiento y me martillea trillando mis ideas de Vida; una a una; creando un amasijo de pensamientos derruidos yaciendo al lado del peñasco, que con ellas crece más y más.
Y entonces vuelvo a darme cuenta de la lucha. De las guerras. De las ideas encontradas de tantos y tantos.
Pienso en la Luz y la Sombra. Esas fuerzas que viven en los que vivimos y que se agranda en la onda expansiva de la Existencia.
Pues dinamita a la dichosa piedra.
ResponderEliminarQue nada te deje sin poder plasmar tus sentimientos, aunque sean de ayer.
Aunque a veces sean dolorosos, pero como tú muy bien dices,
son tuyos, no?
Yo siempre lo hago.
Y algunos me duelen, sí, y qué?
Son míos... Soy yo...
Besos, Celia.
Creo que aunque haya algo que te impida escribir ciertos recuerdos siempre tendrás algo que decirnos, porque siempre hay algo que decir en la vida. Hoy, lo has hecho de maravilla y has expresado ideas y opiniones que estallan y se expanden como auténticas bombas en nuestro cerebro. Genial!
ResponderEliminarCuanta verdad en tus palabras...aunque no quieras dices mucho ,pero ,a veces,decimos menos de lo que quisiéramos decir.Un beso.Shere
ResponderEliminarEs el interminable dialogo entre la razon y el alma; quieren ponerse de acuerdo los dos, pero es imposible, porque son incompatibles.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Celia
Si has pensado en la Luz y en la Sombra, ya tenés la idea, pues ellas son las musas inspiradoras de todo cuanto escribimos. No existe una, si no existe la otra. Al darte cuenta ya has escrito.
ResponderEliminarUn cariño.
Celia te aguarda un regalo en mi blog.
ResponderEliminarBesos
La sombra del dolor, me ha dado paso a que plasme pensamientos muy profundos en papel. Espero seguir en esta faena, ahora que comienzo a ver luz en mi camino. Gracias Celia, por compartir este escrito, que es mi realidad. Un beso
ResponderEliminarHola Lourdes.
ResponderEliminarSe trata de demostrar la fuerza de la sombra ante la luz. Esa que intenta silenciar todo lo que sea evolución y Amor.
Un beso
Hola moderato. Hoy no son recuerdos, es la lucha entre la luz y la sombra. Esas que nos acompañan siempre. Yo esperaba comenzar a relatar un texto kleno de luz, y no he podido porque quedé opacada por la fuerza que me silenció. Es un tanto metafórico, pero no por ello, menos real.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida Sherezade. Efectivamente. Luz y sombra. Son hoyu mis protagonistas y hoy, venció la sombra.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande
Hola Marian. Gracias por el regalo, querida amiga, pero no acostumbro a recoger ninguno. Primero porque no sabía y ahora para no poner unos sí y otros no. Te lo agradezco con toda mi alma.
ResponderEliminarExacto. Va de LUZ Y SOMBRA, mi escrito. Y hoy ha vencido la sombra, opacando la luz de aquel escrito que quería decir.
Un abrazo
Hola querida Liliana. Sí. Son las dos vertientes del ser humano. Cada cual tira de su cuerda. Y nosotros en el medio, como marionetas dando pasitos hacia un lado y el otro.
ResponderEliminarUn abrazo
Carolina. Siempre se aprende más del dolor que de las situaciones maravillosas.
ResponderEliminar¿Sabes? Mi última novela (que aún está sin concluír)la protagonista se llama Carolina. Se titula "No dejes que las ortigas se apoderente de tu jardin".
Leeré con detenimiento tu blog.
Ya te contaré.
Oye, Celia, esa imagen que acompaña el post te iría muy bien como avatar para moverte por los blogs. Me ha cautivado.
ResponderEliminarYa está. Tus deseos o sugerencias, son órdenes para mí.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces los hados nos abandonan por ratos, por momentos... pienso que también tienen derecho a descansar... Los bloguers somos insaciables y les tenemos a jornada completa...
ResponderEliminarVolverá y volverás, siempre ocurre.
Un beso, linda
Natacha.
Sí Natacha. los hados también duermen.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues, cuando algo lucha por no salir... Yo pienso que es mejor respetar y no escribirlo.
ResponderEliminarYo al menos lo hago así.
Besos
Hola Amig@. La verdad... no es que no salieran. Simplemente quería decir que la fuerza del bien y la del no bien nos visitan. Un besito
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