Me acuerdo de aquella primera imagen que conservo de mi madre.
Era una noche fría de invierno y ya en la casa, me acurruqué en su regazo, mientras me chupaba el dedo con fruición.
Ella era mi sillón, cálido y amoroso; ese que le daba aposento y seguridad a todo mi ser.
Era una noche fría de invierno y ya en la casa, me acurruqué en su regazo, mientras me chupaba el dedo con fruición.
Ella era mi sillón, cálido y amoroso; ese que le daba aposento y seguridad a todo mi ser.
Y la varita mágica de mi amigo imaginario, daba luz a la mortecina vela que alumbraba la oscuridad, en donde rugía aquella tormenta, que se había llevado la luz del hogar.
En la sombra reflejada de la pared, una diminuta figura ondeaba de allá para acá jugando con el vals de mi mano.
A contraluz, los gestos de mi madre, se me antojaban bellas figuras que yo arrastraba en la memoria, de aquellos seres que me habían acompañado en la Vida, antes de bajar a éste, mi hogar.
Recuerdo que las tormentas rugían cuando los goterones golpeaban con fiereza los cristales y que el ladrido de Trosqui, danzaba a uno y otro lado.
En la sombra reflejada de la pared, una diminuta figura ondeaba de allá para acá jugando con el vals de mi mano.
A contraluz, los gestos de mi madre, se me antojaban bellas figuras que yo arrastraba en la memoria, de aquellos seres que me habían acompañado en la Vida, antes de bajar a éste, mi hogar.
Recuerdo que las tormentas rugían cuando los goterones golpeaban con fiereza los cristales y que el ladrido de Trosqui, danzaba a uno y otro lado.
Recuerdo que en cada palabra de mi madre, se asomaban mil melodías Celestiales y en cada sonrisa se dibujaba todo aquel coro de Ángeles que hacía poco tiempo, había dejado atrás.
Me ha dado pena leer esto tan tierno,me encantaría recordar tanto tiempo atrás ,sería bonito saber del pasado pero yo no tengo esa suerte.
ResponderEliminarUn gozo seguir leyéndote,amiga Celia.Besos
AMIGA CELIA:
ResponderEliminarPrecioso, me ha gustado muchísimo. Qué bueno sería poder tener estos recuerdos, cuantos pensamientos y cuanta melancolía en este momento al leer tus preciosas letras...
Un beso enorme y que pases un maravilloso fin de semana!
Ángeles
Amiga, este relato más que un relato es una pintura que deja ver aquellos tiempos pasados.
ResponderEliminarRealmente tierno y mágico.
Un beso grande, Celia.
Buenos dias Celia,
ResponderEliminarLos recuerdos de la niñez son siempre tiernos y nos permiten volver a ella por unos instantes. La calidez can la cuentas tu ese recuerdo sobre tu madre además, me ha emocionado más de lo que "debiera"...
Un beso con recuerdos tiernos
Bellos recuerdos, que se guardan con mimo para volver al instante preciso en que todo se convierte en melodía celestial y un coro de ángeles, como tu dices.
ResponderEliminarBesos Celia.
Bellas imágenes Celia... el ritmo color sepia y tormenta sirviendo de puente entre el ayer y hoy.... reflexión serena de la dulzura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Porqué será que los más bellos recuerdos, siempre resultan tristes...
ResponderEliminarUn beso, linda
Natacha.
Detalles, aparentemente minúsculos detalles con los que has formado una narración de ensueño.
ResponderEliminarSaludos.
Manolo
¡Qué bonito Celia! tener estos bellos recuerdos. Cuando una es pequeña, cuanta imaginación se tiene, lástima que después se vaya perdiendo.
ResponderEliminarUn beso
Relato celestial, un bello recuerdo de tu madre. La mejor instantánea que puedes captar es al bebé en el regazo de mamá e imagino (si pudiera recordarlo) que para el bebé ese momento tras el parto es lo más parecido al cielo. Un beso dulce.
ResponderEliminarEstoy tan emocionada que las lagrimas no me dejancasi ver,tu madre tiene que ser una madre maravillosa igual que tu,me recuerda ala mia pues tambien tengo la gran suerte de tenerla muy cerca,te mando un beso enorme.
ResponderEliminarConchi.
BESOS EN ESTE DIA MI QUERIDA CELIA
ResponderEliminarM.J
celia volver a vivir los recuerdos es sano y bonito , aunque algunas veces nos resulten tristes , escribes como los angeles preciosa ,me perdi entre la melodia y las letras y vivi un agradable rato como siempre que te visito , un abrazo desde mis 21 gramos de alma .
ResponderEliminarAy, qué bonito.
ResponderEliminarLos recuerdos hay que revivirlos siempre que podamos, aunque sean tristes y nos dé un puntito de melancolía hacerlo.
Besos, CeliA.
Celia, qué bonito relato. El regazo materno es tan mullidito. Ni siquiera las sombras, ni las tormentas se atreven a irrumpir en esa cuna donde todos nos hemos refugiado del miedo.
ResponderEliminarPrecioso, Celia, precioso.
Yo recuerdo su mano en mi frente, una y otra vez cuando tenía fiebre. Aún hoy, cuando yo se la pongo a mis hijos, pienso en ella...Precioso.
ResponderEliminarBesos
Hola Celia :)
ResponderEliminarEs la primera vez que vengo a tu blor (me parece) y lo hago desde el blog de Mercedes en esta salida bloguera.
Ha sido un placer leer este relato tan amoroso dedicado a tu madre.
Un saludo :)
Hola Celia :) Creo que es la primera vez que vengo y lo hago desde el blog de Mercedes en esta salida bloguera.
ResponderEliminarMe ha encantado este precioso relato. Ha sido un placer leer esa descripción tuya de ese sillón mullido. Precioso, ya digo.
Un placer Celia
Un saludo
Nuestros mejores recuerdos siempre son a nuestras madres, esas mujeres especiales que aman sin reservas nos enseñan y nos acompañan.Debe estar muy orgullosa de ti, eres una buena hija. Un saludo
ResponderEliminarTe entiendo, Celia, cómo el regazo materno no hay nada. Tierno y conmovedor.
ResponderEliminarBikiños
Celia, ayer pasé por aquí a las cuatro de la mañana, jaja, pero me fue imposible dejarte un comentario (me parece)
ResponderEliminarVeo que es un texto, un recuerdo, muy celestial, muy vínculado al mundo espiritual, es decir, un recuerdo muy "Celia" jaja.
Un saludo
Juanma
Que bueno tener un amigo imaginario en la infancia Celia, eso era el Angel de la Guardia que unos presienten, otros ven y otros no.
ResponderEliminarUn abrazo
Queridos amigos.
ResponderEliminarCuando era niña, he sentido a menudo la sensación de una presencia a mi lado. Era mi amigo incondicional. El que siempre estaba ahí.
Es esa presencia que acompaña a todo aquel que vive.
En la infancia, las percepciones son mucho más sutíles, aunque nuestro cerebro no acierte a descifrar qué ocurre.
Estoy convencida (y no soy fácil de convencer) de que existe esa Energía de la compañía mientras vivimos aquí; hasta que nosotros un día nos volvemos también Energía que vuela con la libertad, la trascendencia y la Inmortalidad.
No debemos dejar nunca, que muera ese niñ@ que vive en nosotros.
Un beso muy grande para todos, y mucvhas gracias por tantos comentarios maravillosos.
Celia, guapa, no veas cómo me sube la moral con tus piropos, jajjaja. Eres un cielo de los cielos celestes.
ResponderEliminarGuapaaaaaaaa.
Huy, me parece que me recojo ya, porque he perdido un zapato (como la cenicienta), jajjaja.
Besos de cristal y sueños.
Vaya sábado guay.
Estoy de acuerdo en que nunca debemos dejar de ser niños, es la única forma de mantener la mirada limpia.
ResponderEliminarBonito relato
Un beso
Hola, Celia:
ResponderEliminarUn bello texto; muy, muy poético. Y me ha gustado mucho la imagen con la que lo ilustras.
Un abrazo,
Ramón
¿sabes Celia?. Mi madre murio hace dos meses, pero esa presencia que tu intuyes yo noto que sigue presente cada dia.
ResponderEliminarHermoso relato, en mi pueblo, tambien nos quedabamos sin luz, cuando habia tormenta. Mi madre encendia velas y en las tormentas mas fuertes, no faltaba una para la imagen del Sagrado Corazon, que habia en la sala.
Un saludo.
Hola, Celia: Aunque ya se terminó el sábado sigo visitando blogs.
ResponderEliminarHa sido un verdadero placer leer tu relato. Nada como el arrullo de una madre.
Estoy de acuerdo contigo en que no debemos dejar que muera esa niña/o que llevamos dentro.
Y ¿sabes?, también me gustaría que los adultos supiesemos dejar a los niños de hoy que lo sean.
Un abrazo.
Maat
Tiernos recuerdos amiga de tu infancia y en el regazo de tu madre, que delicia, cuanto amor en esos brazos......Bello texto. Cuidate, te dejo un beso.
ResponderEliminarSiempre esta presente el recuerdo de la madre, en nuestros recuerdos infantiles.
ResponderEliminarEl regazo de la madre para un niño es el sitio mas seguro del mundo, alli te sientes protegida y amada, es una sensación irrepetible y tierna.
Besos
Que ternura destila tu escrito, una madre es sin duda uno de los recuerdos mas vividos de la infancia, pero la forma en que lo describes me ha emocionado.. sigo de visitas a ver si puedo pasarme por todos...besos
ResponderEliminarQué hermoso relato. Los brazos de la madre siempre tienen mucho de cielo, nos llenan de paz y de seguridad. Felicidades por tu texto, salgo de aquí con una hermosa sensación de armonía.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos, queridos amigos.
ResponderEliminarHa sido un sábado muy movido.
Un abrazo, felices sueños para todos, y que el abrazo de los recuerdos nos arropen siempre.
Muchas gracias a todos, queridos amigos.
ResponderEliminarHa sido un sábado muy movido.
Un abrazo, felices sueños para todos, y que el abrazo de los recuerdos nos arropen siempre.