Mis imágenes.
Estamos silenciosos uno al lado del otro, sentados al lado de una mesa redonda desde donde se ven los árboles y las casas cercanas de la Ciudad de Metz.
Todo está quieto. La brisa no quiere sonar, y nosotros no hablamos ni una sola palabra. Hasta que…
-Gerard… tengo algo que decirte…
-Dime, ¿qué tienes que contarme? ya decía yo que tanta amabilidad me confundía… ¿Qué es lo que quieres?
-Voy a abandonarte. No quiero seguir a tu lado.
Pasaron unos momentos que se me antojaron días enteros. El silencio rompió todos los sonidos de las aves que parloteaban no sé qué cosas…
-¿Y eso? ¿Qué quieres decir?
-Gerard, tú y yo sabemos que esto no es convivencia. Hemos estado muchos años juntos. Ha habido momentos felices; desde luego que sí.
Pero...nuestra verdadera comunicación nunca existió... cada uno tenía su vida, a su manera. Tal vez te he fallado, o tal vez no; y has sido tú mismo, con tus adicciones, quien ha cavado la fosa de nuestra unión.
-Vamos a ver… ¿Qué me estás diciendo de comunicación? ¿Me estás echando la culpa a mí? ¿Qué pasa? ¿Me quieres decir que soy el culpable de todos tus males? Oye… déjame en paz y no me agobies con tus desventuras.
-Mira Gerard, quiero decirte que ya he tocado fondo. Que no deseo seguir sufriendo más. Ya ha sido suficiente. Te he dado mil oportunidades, me has prometido que cambiarías una y otra vez, pero no haces nada; realmente no sé si no puedes o no quieres.
-Carolina… no me culpes. Tal vez sea que cuando abro los ojos, no me agrada lo que veo.
-Gerard… tengo algo que decirte…
-Dime, ¿qué tienes que contarme? ya decía yo que tanta amabilidad me confundía… ¿Qué es lo que quieres?
-Voy a abandonarte. No quiero seguir a tu lado.
Pasaron unos momentos que se me antojaron días enteros. El silencio rompió todos los sonidos de las aves que parloteaban no sé qué cosas…
-¿Y eso? ¿Qué quieres decir?
-Gerard, tú y yo sabemos que esto no es convivencia. Hemos estado muchos años juntos. Ha habido momentos felices; desde luego que sí.
Pero...nuestra verdadera comunicación nunca existió... cada uno tenía su vida, a su manera. Tal vez te he fallado, o tal vez no; y has sido tú mismo, con tus adicciones, quien ha cavado la fosa de nuestra unión.
-Vamos a ver… ¿Qué me estás diciendo de comunicación? ¿Me estás echando la culpa a mí? ¿Qué pasa? ¿Me quieres decir que soy el culpable de todos tus males? Oye… déjame en paz y no me agobies con tus desventuras.
-Mira Gerard, quiero decirte que ya he tocado fondo. Que no deseo seguir sufriendo más. Ya ha sido suficiente. Te he dado mil oportunidades, me has prometido que cambiarías una y otra vez, pero no haces nada; realmente no sé si no puedes o no quieres.
-Carolina… no me culpes. Tal vez sea que cuando abro los ojos, no me agrada lo que veo.
Entre menos hierbas malas en el jardin, se puede respirar mejor. El aire no afixia y circula la energía.
ResponderEliminarEste trocito de novela, me revela lo que puede hacer un descuido (vicios) en las relaciones personales.
La dureza de las palabras pueden acabar decepcionando y la última linea me fulminó, más cruel no pudo ser ese "Gerard"...
Gracias por compartir estos textos que enganchan Celia...
Un abrazo bien fuerte
La frase final deja muy clara la situación de esta pareja, su total desencuentro... y es la crónica de una muerte anunciada.
ResponderEliminarUn beso.
Soledad.
Terrible escena... familiar para muchos de nosotros (con sus matices eso si).
ResponderEliminarUn resumen perfecto del principio de un fin .. que como todos no deja de ser también el principio de un principio.
Un abrazo.
a veces si no cultivamos la comunicación esta se va perdiendo y un abismo aparece entre nosotros.Sé que está novela será buena.
ResponderEliminarUn abrazo Celia
Perfecto reflejo de muchas parejas que pasado el tiempo no tienen nada en común porque han dejado morir el amor que les unía por pura desidia.
ResponderEliminarMagistral la última frase.
Un abrazo de Mar
¿Qué hace crecer las ortigas en el jardín? No es responder a esta pregunta la solución, pienso, si no arrancarlas en cuanto se ven.
ResponderEliminarSiempre retratas verdades con una "limpieza" que asusta.
Abrazos.
LO QUE MOLESTA HA DE IRSE MI AMIGA CELIA..AUNQUE SEA DOLOROSO ES MEJOR VIVIR EN SOLEDAD QUE EN UN CALVARIO CONTINUO.
ResponderEliminarMIL BESOS MI AMIGA CELIA....''GUAPAAAAAAAAA!!!TENGO UNAS GANAS DE VERTE...
La rutina todo lo fulmina, esto pasa más de lo que deseariamos, no sabemos convivir, nos faltan tantas cosas que aprender, somos tan pequeños todavía.
ResponderEliminarQué pena que esto seas asi, pero es una realidad palpable a nuestro alrededor y a menudo en nuestras propias casas.
Tu escrito muestra una realidad, como yo digo hay escritos abstractos, subrealistas, realistas e hiperrealistas, el tuyo es de los últimos.
Un fuerte abrazo mi amiga y compañera
Hola Celia,
ResponderEliminarLa escena es precisa y concreta. Con muy poco expresas mucho. Los personajes quedan dibujados de forma inmediata con una frases.
De veras, ¡¡me ha encantado!!. Olé tu arte para escribir!
Cuidate mucho!
Abrazotes enormes!!
Mi querida Celia,
ResponderEliminaral leerte, he recordado algo muy importante de mi vida, algo que a mi me sucedió, y sentarme al lado de tus letras esta tarde, me ha provocado, un vuelco de emociones, que no he podido contener.
Quizá fue porque yo he sentido en mi piel, lo imperecedera que puede ser una situación así, desfallecedora...
Ver como alguien que tienes al lado, te oprime, te mata lentamente por sus vicios y actitudes y siempre promete, siempre promete, pero nunca acata lo que prometió.
Me ha gustado leerte, como siempre, y escucharte desde el interior, como siempre también.
Un beso grande amiga, poeta, escritora...Te lo mereces todo!!
¡Qué tremendo! y pensar que ese tipo de relación es tan común entre la gente.
ResponderEliminarjajajajajajaja... Tremendo cierre!!!! Es la mejor personificación que he leído sobre el desamor total...
ResponderEliminarPermíteme aplaudirte.
Te luciste con este escrito.
Bravo!!!!!
Bueno, no se puede decir que comience bien el diálogo,como suele ocurrir en casi todos los casos similares...
ResponderEliminarElla, lánguida, que quiere hacer las cosas bien, intentando sortear obstáculos insalvables por el bien del entedimiento.
Él, que se siente acusado y no piensa ceder terreno...
Esto puede ser a la inversa,pero con el mismo guión...
Besos,linda mujer.
¡Qué momento! ¡Y Gerard que no se da por enterado del "hasta aquí llegamos"! Además, ¿por qué no se fue antes él si al despertar no le agradaba lo que veía?
ResponderEliminarSerá porque la mayoría de los hombres son unos cómodos e irresolutos. (Pero siguen siendo divinos...)
Besos, Celia.
Cuanto menos crezcan menos se extienden y más fáciles de arrancar...
ResponderEliminarNo hay que dar tantas oportunidades si la cosa está tan segura. ;)
Besos
Terrible conversación... cuánto dolor...
ResponderEliminarUn beso,
Natacha.
Pues si no le gusta lo que ve, que se vaya de una vez.
ResponderEliminarEso de estar ahí, sin querer estar no es bueno. Ni para uno, ni para otro...
Pero claro, hay que dar el paso, y eso es complicado.
Besos, Celia.
Genial el post!
Celia: Me ha gustado mucho. A veces vemos los defectos del otro y no nos preguntmos por los nuestros. Un beso. milagros
ResponderEliminarhola celia , guauuuuuuuu me has dejado el corazón en carne viva , y en la garganta un sabor amargo , que me trae demasiadas palabras que parecian dormidas dentro de mi memoria ,tendre que trabajar mas , esto pues me acabo de dar cuenta que respiro por la herida , todavia , real inmensamente cierto .21 besos tesoro de amiga y sigue escribiendo porque eres una escritora ¡barbara !te felicito.
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