Ya dejo el túnel, y la visión opaca que me acompañó durante un tiempo, parece quedar atrás.
Se presenta ante mí, un lado de belleza que presumo me dará ánimo, cuando la otra parte triste que se empeña en quedar en la ladera de mis pensamientos, sea presente.
Tengo que encontrar alguna flor para que adorne esos pasos titubeantes que no son fijos, al haber perdido la Luz y reencontrarme con ella, de nuevo, entre bambalinas...
Miro y rebusco entre las piedras del camino y, medio aplastada, una rosa amarilla me envía una sonrisa y ya, la tomo entre mis manos para que me diga, qué le ha pasado, y cómo logró sobrevivir teniendo tanto peso incontrolado.
Pero, sus pétalos lastimeros, no dicen nada, tan sólo me devuelve a mi pregunta, un leve aroma, un tacto de seda, y un trino de esperanza parace surgir de su presencia:
“Se puede sobrevivir siempre. Sólo es necesario para ello, confiar y estar convencido de las propias capacidades que la Vida te ha regalado”
Seré la primera en decirte que ya vislumbraba yo un olorcito maravilloso de rosa abriendose al sol.
ResponderEliminarPor mucho que dudemos, la verdad está dentro de nosotros.
Besin de Esther.
TU MISMA LO HAS DICHO MI QUERIDA AMIGA...CONFIAR EN JUNO MISMO Y SACAR PARTIDO DE ESAS CUALIDADES QUE SEGURO,EN TI,HAY MUCHISIMAS.
ResponderEliminarESPERO VERTE PRONTO.
BESOS CELIA.MJ:)
Hola Celia.
ResponderEliminarCelebro que esa luz se esté restableciendo.
Creo que esa rosa encierra un mensaje bellísimo. Esos pétalos "lastimeros" aún te dan lo mejor que queda en ellos, su delicado aroma y el suave tacto ante su roce. El colmo de la entrega. Aprendamos de esa rosa amarilla.
Un fuerte abrazo.
Maat
Siempre, siempre hay una luz al final del túnel.
ResponderEliminarY sí, tienes razón: Siempre se sobrevive. Sólo hay que creerlo.
Muchos besos, Celia!
Cada experiencia es un aprendizaje, extrae de ella el néctar y avanza resplandeciente.
ResponderEliminarGracias mil por dejar tu palabra en mi blog.
Besos
Nada más cierto Celia, una verdad enorme... sólo nosotros somos los dueños de esas capacidades que nos hacen únicos...
ResponderEliminarMaravillosamente expresado, amiga mía.
Besazos.
Con los años nos convertimos en supervivientes. Aprendemos lecciones, que debemos grabar en nuestra memoria, si es que deseamos superarnos... Somos inteligentes y capaces; se nos ha dotado del don de la lógica y de la razón... siempre y cuando no nos tomen por asalto nuestras emociones, y nos dejemos vencer.
ResponderEliminarEl camino es largo, y a pesar de las piedras, existen flores... pequeñas y resistentes. Flores luchadoras que se han adaptado al medio, como nosotros.
"Entre las espinas, nacen las más bellas flores" J. Martí (poeta cubano)
Muchos besines y una sonrisa, amiguina.
No olvides seguir las señales que salen a tu paso en el camino.
ResponderEliminarLo dice Coelho, y yo lo corroboro.
Ya sabes que estamos aquí ;)
Besos
Hola Carrachina. Si. Eso es todo está en nosotros. Besos, amiga.
ResponderEliminarSí, Maria José. Tenemos que confiar en nosotros mismos. Es importante y necesario.
ResponderEliminarBesos.
Maat.
ResponderEliminarSí. La flor lleva el mensaje. Por mucho que la vida te aplaste, siempre escondemos algo maravilloso que resurgirá una vez hayamos reparado en ello.
Sí, Lourdes. Simepre sobrevivimos... aunque hayamos muerto.
ResponderEliminarBesos.
Hola Gloria. Gracias a ti, guapa.
ResponderEliminarBesos
Hola Liliana.
ResponderEliminarSí. Nosotros y nuestras capacidades. Eso somos.
Besos
Margot. Nos has dado toda una lección de Sabiduría.
ResponderEliminarBesos guapina.
Hola Amig@. No te quepa duda. Las sigo...
ResponderEliminarBesos.
Me alegro un montón, es imposible no sobrevivir en la tierra de Asturias; donde el monte y el mar se abrazan.
ResponderEliminarBikiños, amiguiña.
hello... hapi blogging... have a nice day! just visiting here....
ResponderEliminarPreciosa reflexión. Un abrazo.
ResponderEliminarCelia, aunque te lo parezca la Luz nunca te abandonará.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo