-Carolina, es tú problema. Tu forma de vivir desde este momento, no me importa en absoluto. Tampoco quiero tu amistad. Me has tratado como nunca nadie lo ha hecho antes. Me has dicho cosas que duelen ¿sabes? y yo en tú lugar, si opino así de alguna persona, no deseo saber de ella nada, nunca más.
-Lo siento mucho Gerard. Siento que toda nuestra convivencia haya derivado en algo tan lamentable. Lo siento de veras. Y sí, me marcharé. No debes echar cerrojo alguno a la casa. Esta es tuya y la de Biarritz es mía. Nada más.
Me tomaré unos días. Tengo muchos temas que dejar zanjados.
Siento enormemente que no hayas sabido disfrutar de todo lo que te ha dado la vida. Siento mucho que no hayas vivido la infancia de tus hijas, ni las hayas escuchado en tantos y tantos sinsabores y alegrías que han tenido a lo largo de su vida. Tu ausencia emocional, les ha hecho daño, aunque parece que ahora han apostado fuerte por ti. Me alegro mucho.
-Carolina ¿Te he pegado alguna vez? ¿Te he empujado alguna vez? ¿Te hice daño físico algún día? Dime… responde.
-No, Gerard. Jamás me has tocado, ni me dañaste físicamente. No tengo secuelas ni marcas en mi cuerpo, porque nunca las ha habido.
Pero mi Alma está tarazada en miles de pedazos, en miles de nostalgias, en miles de decepciones, en miles de sinsabores. Mi Alma está surcada por millones de palabras vacías, por besos inoportunos y sin contenido, por noches de amor sin amor. Está cubierta de esa tristeza arraigada que ha marcado mi vida junto a ti.
Precioso Celia. Me ha emocionado. ¿Y cómo, después de todo, se hace para que las ortigas no inunden el jardín de un@?
ResponderEliminarCreo estar aprendiéndolo, pero me asusta... no ser valiente.
Mar
La palabra hiere profundamente, y cuesta cicatrizar esa herida en el corazón. Es mucho más dolorosa que un golpe bien acertado.
ResponderEliminarLa protagonista tiene mi nombre...
Gracias por traer un trocito de esta novela, nos dejas una sabia reflexión.
Por cierto Celia, estás muy guapa en las fotos.
Besitos amiguita.
QUe profundo y cuántas veces es verdad algo así.Una convivencia homogénea,sin altos o bajos,sin mariposas rondando,casi vacía y sin sentido...
ResponderEliminarNo todo es dañar fisicamente,¿verdad?
Genial como siempre,hermosa dama.
Besos.
Tantos casos de estos amiga mía hay en el mundo.
ResponderEliminarLos hombres y las mujeres dos Universos distintos y tan distintos.
¿Pero acaso tenemos que elegir vivir solas?
Quizás esa será la opción de las generaciones venideras.
Vivirán cada uno en su casa y sólo se juntarán para vivir los ratitos buenos.
Un fuerte abrazo
Por desgracia más común de lo deseado. Las palabras son arma de doble filo para el que quiere usarlas para hacer daño y, cómo duelen...
ResponderEliminarUff, qué texto!
ResponderEliminarY es que está claro que el daño emocional es más difícil de mitigar que el daño físico.
Muchos besos, Celia!
esta novela promete pero tienes que contarme con la del alzehimer tengo muchas ganas de leerte, aunque te sigo leyendo en el blog y he visto que has recuperado esa luz tan caracteristica de tu carisma de escritora cercana.
ResponderEliminarBesos de Carrachina.
Te sigo y valoro ya sabes ,nuestra amistad.
esta novela promete pero tienes que contarme con la del alzehimer tengo muchas ganas de leerte, aunque te sigo leyendo en el blog y he visto que has recuperado esa luz tan caracteristica de tu carisma de escritora cercana.
ResponderEliminarBesos de Carrachina.
Te sigo y valoro ya sabes ,nuestra amistad.
Hay palabras que marcan más que mil golpes y gestos que duelen por siempre. Una vida vacía.
ResponderEliminarUn tema muy controversial.
Lo expones muy bien. Felicitaciones.
Con tu permiso que quedo entre tus seguidores.
Un abrazo
Mar. Carolina, Marinel, Marian, Amiga, Lourdes, Carrachina, Pablo...
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios.
Este fragmento, pertenece a una Novela que aún no he concluido
"No dejes que las ortigas inunden tu jardín"
Versa sobre el típico "bebedor social". Ese que poco a poco se va metiendo en la vorágine de dejar de ser él, para pasar a ser un impostor de él mismo, con su "leve incordura".
No se trata de la persona que se tambalea. Tampoco de ese que dice palabras inconexas. No.
El tema es más leve, pero no por ello menos duro.
Un abrazo para todos.
Carrachina. Sobre la Novela del Alzheimer, está en la Editorial desde hace 4 meses, y aún no hemos comenzado con ella. El Editor me dice que apuesta fuerte por mi, y por mi obra, pero... ¡tendrá mucho trabajo!.
Besos para todos.
Las palabras duelen mucho más que los golpes físicos siempre que le demos valor a quien las dice.
ResponderEliminarLo malo es no darse cuenta de con quién estás hablando, de pensar es el mismo o misma que era hace 20,25 años.
Abrazos.
Refleja muy bien el drama de las relaciones personales, con reclamos de los dos y curiosamente ninguno quiere admitir la mayor parte de la culpa, ¡Cómo hace falta que demos el primer paso en direccion al amor! Hermione y Harry.
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