-¡Te quiero, te quiero y te quiero!
-¿Cuánto?
-Hasta el infinito, papi. Hasta más allá de las estrellas, esas en donde dices que se fue a vivir mamá aquel día en el que tú lloraste tanto. ¿Tú me quieres mucho a mí?
-Claro que sí hija. No lo dudes nunca.
-¿Me darás todo lo que te pida?
-Me encantaría, cielo. Pero no somos muy pudientes, y no sé lo que vas a pedirme
-¿Qué es ser pudiente?
-Entre otras cosas...tener dinero, hija; tener dinero; que la vida me enseñó a saber que casi todo se consigue con él, y la verdad es que estoy bastante “achuchao...”
-¡Ah!. Es que me encantaría celebrar mi cumple con una fiesta grande, y muchos regalos, y con todos mis amiguitos del cole...
-Hija, ya sé que ocho años no se cumplen todos los días. Haré lo posible para que todo salga como tú deseas. Pero ten en cuenta que durante bastante tiempo, no puedes pedirme nada más, aunque yo sí quiero pedirte una cosa
-¿Qué cosa es, papi?
-Un beso.
-¿Sólo eso?
-Sí hija, sí... Sólo eso.
Ternura en este diálogo padre hija, en pocas líneas describes muchas circunstancias. Lástima que el tema dinero sea tan absolutamente vital, es lo que hay.
ResponderEliminarFeliz cumple a la niña, otorgó a su padre un regalo exquisito, un beso. Otro para tí, amiga Celia.
Qué barato es hacerle un regalo a un padre, eh?
ResponderEliminarLástima que no todo sea igual...
Besos, Celia!!
Muy tierno, cándido y lleno de imaginación.
ResponderEliminarNo siempre los regalos más valiosos se cuantifican en dinero.
Besitos
tierno y en ocasiones real...
ResponderEliminarExcelente.
Un abrazo.
Gracias amigos.
ResponderEliminarMi relato de hoy, muy simple, pretende con su simpleza hablar de la grandiosidad del amor desinteresado, de unos padres (en este caso un padre)hacia sus hijos.
La madre: Ausente. Fallecida
La economía: Escasa
La hija: Que no entiende y pide
El padre: Le da lo que tiene y lo que no tiene.
Y se conforma, como la mayor parte de los padres del mundo... con un poquito de cariño. Sin pedir nada más.
Un beso de una hija, un tesoro que ni se compra ni se vende.
ResponderEliminarExplicarle a los hijos las cosas de la vida, las malas y las buenas, adaptándolas a su edad, es uno de los pilares en los que se basa el cariño y la confianza.
Bien contado, Celia.
Para la niña es "Solo un beso" pero para su padre es el mejor regalo que puede darle su pequeña.
ResponderEliminarYo me deshago cuando recibo uno de mis niños.
Besos
Has concentrado con pocas palabras la esencia del amor entre un padre y una hija, la ausencia de la madre, la importancia del todopoderoso Don dinero y el hecho de que sin embargo un te quiero o el beso de un hijo es el mayor tributo que pueden ofrecernos. Una sencilla y tierna historia que lo dice todo.
ResponderEliminarUn besillo
Que relato más tierno, la dulzura engalana este diálogo, claro la niña solo tiene ocho años, qué pena que crezcan...jajaja
ResponderEliminarbesos
No es un relato simple, es un relato breve, que nos lleva hasta lo profundo del ser, a la esencia, a la verdad de las cosas y por las que vale la pena vivir.
ResponderEliminarGracias, tus palabras: son un bálsamo.
un fuerte abrazo
celia...he leido este jueves, maravillas, en serio...la tuya digamos que se encuentra en esa categria...
ResponderEliminar¿por que?
pues por que dibujas un cuadro en brevedad
pues por que la escena esta mas que bien llevada
pues por que la brevedad que has elegido encierra mucho...
pues por que...mama se habia ido, por que papa esta ties, pues por que papa ha de encargarse de la niña, pues por que la niña es niña, pues por que el amor es infinit en el padre, pues...en na de lineas has dicho esto y mas...
por eso me parece gnial...
besos.
No hay en el mundo otras personas que estén dispuestas a dar todo a cambio de nada, solo los padres.
ResponderEliminarUn beso es todo lo que ese padre necesita para seguir adelante a pesar de las adversidades.
Muy tierno tu relato, en pocas líneas instalaste la idea en la cabeza del lector.
un abrazo
Muy bonito relato, que no haría uno por su hijo, y nosotros solo pedimos eso, un beso, que para nosotros es todo.
ResponderEliminarUn beso
Tierno, muy tierno y a la vez adulto, muy adulto. Tierno desde los pocos años de una niña, desde su deseo de tener un cumpleaños sin reparar en gastos, tierno desde esa forma paternal de enseñarle la importancia del cariño, pidiéndole a cambio un beso. Adulto por enseñarle conceptos como la escasez de recursos, la renuncia durante un tiempo a cosas, a cambio de una fiesta de cumpleaños o el dolor por la ausencia de su madre, o donde radican las cosas verdaderamente importantes, como ese beso que solicita.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dulce, tierno y emotivo.
ResponderEliminarBesos amiga.
Precioso relato. Hay regalos tan baratos y tan importantes a la vez...
ResponderEliminarAyer celebraba yo el cumple de mi peque. Uff, se me escapa. Cumplió 12
Besos
Una mini historia de pura ternura y una pizca de tristeza...un buen aporte para este jueves familiero.
ResponderEliminarSaludos!
Querida Celia de mi alma, paso por Gijón camino de Galicia, de vez en cuando, siii, por aquí te respondo a tu pregunta, pues no veo o no puedo ver tu email, o estoy siegaaaa.
ResponderEliminarConozco a Alfredo de Gijón (Blog; "La vida no imita al arte") un encanto, muy amable, con él visitamos villa romana, castros en Gijón, los baños romanos ya los conocíamos, et...así que a lo mejor, pasamos y nos vemos, sería una gozada.
Besitooooo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Celia!
ResponderEliminarTu relato es absolutamente conmovedor. Que entrega el de ese padre!
Te dejo un beso y hasta otro momento