El cinturón está apretado, y así, quien lo sufre, se siente como si estuviera debajo de una apisonadora.
Y es que estamos en recesión.
Apuntamos los deberes por la mañana y quien más quien menos buscamos la extraña balanza del Debe y el Haber, para que nos cuadre el desaguisado. Estamos aprendiendo contabilidad “in extremis”, y aceptando a toda prisa esos vocablos nuevos, que ya nos resultan familiares, de tanto oírlos.
Y yo me pregunto ¿se puede sacar algo positivo ante tanto desaguisado?
Pues sí:
-Hemos aprendido a valorar ese trozo de pan que hace un tiempo corto, sucumbía en la basura al día siguiente.
-Admiramos el día, e incluso se abre la cortina –en otro tiempo cerrada-, para procurar que se filtre un poquito más de luz, en favor de nuestro recibo eléctrico.
-Se admira mucho más el entorno, y los paseos por la Naturaleza son el divertimento preferido, porque admirar y respirar hondo su aire fresco… es gratis.
-Hemos sacado aquel trasto viejo, que nos regaló no sé quien, y nos gustaba más bien poco; y ahora luce su belleza rascada y pulida, en el centro del salón.
-Miramos mucho más a quien tiene menos e incluso le alargamos una mano con lo que esté a nuestro alcance; porque bien sabido es que cuanto menos tienes, mas te congratulas con los de tú igual. Y además ahora nos hemos dado cuenta de que existía el vecino de al lado.
-Y no digamos los rezos nocturnos, de las peticiones al Altísimo, que por Alto, lo habíamos obviado durante toda nuestra vida, al pensar que no existía. Y ahora, se pide esto y aquello –por si acaso anda por ahí-.
Sí… queridos amigos… El ser humano tiene que tomar siempre impulso desde su hundimiento.
Pero la lección más importante, es habernos dado cuenta de cuántas cosas superfluas conformaron nuestra vida.
Y sobre todo, qué pocas cosas merecen realmente la pena.
Cada día deberíamos valorar más lo que tenemos y apreciar lo que conseguimos. Como tú bien dices, éste es un buen momento para empezar a hacerlo
ResponderEliminarUn abrazo
Así es, Amiga.
ResponderEliminarBesinos.
De todo se aprende celia, y en estos tiempos hay que comenzar a valorar las cosas como se hacía antes. Me ha gustado mucho tu entrada. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Hola Pepe. Sí, creo que de todo se aprende.
EliminarTe seguiré-
Un abrazo
Celia, nos apretamos lo que haga falta.
ResponderEliminarYa he presentado mi libro. En mi blog verás las fotos de las dos presentaciones.
Besos y cariños
Te veo muy ilusionada, y no es para menos. Comparto la ilusión por ese "hijo" que nos estás presentando.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, mi querida amiga:
ResponderEliminarEs que no hay otra opción entre los más o los menos el Haber y el Debe se vuelve deber consciente ante lo que cae; y no por pesimismo hemos de vernos derrotados pero sí atentos a lo pueda llegar. Una, es por regla general optimista por Fe porque sin ella esto nos echaría a perder. También yo noto como en casa sólo hago gasto extra los viernes que nos reunimos como los hijos y la nuera...¡Ah, se disfruta el rato! Es como si todo lo que nos rodea se fuera lejos, pero está. Esa es la cosa, está, pero controlado desde nuestra conciencia y responsabilidad personal porque esto es cosa de todo y no solamente de quienes nos gobiernan. Me pregunto: ¿Por qué ahora y no antes? ¡Cuán engañados estamos cuando la ineptitud es una patraña, y ella nos sorprende y nos lacera la esperanza! Mira, ya tengo esos trocitos de pan duro para una sopa de ajo y no veas...¡ para chuparse los dedos!... ;) T. q,