Un recuerdo...

Las divisiones por ideología de aquella lamentable Guerra Civil, parecen no acabar nunca.
Se arrastran los dolores del pasado y cada uno, mira hacia el lado que ha percibido en su familia, en muchos casos, recordando, aún hoy, aquellos tiempos, con rencores.
A mi muy amado padre, le eligieron -como ocurrió en tantos y tantos- que luchara en el bando que resultó perdedor.
No fuimos ajenos a su lamentable sufrimiento ya que un día, narró desde el comienzo y desmenuzó tantos abusos que sufrió durante la Contienda ysobre todo, después de la misma. Pero ahí, en esos recuerdos nos dijo algo, que su familia hemos llevado a rajatabla:
"Jamás guardéis rencor. Jamás penséis que hubo buenos y malos, pues en cada bando, se luchaba de igual manera. Unos han vencido. Otros han sufrido en manos de los vencedores; pero no olvidéis que el ser humano algunas veces es arrastrado en una vorágine de recuerdos dolorosos".
Mi padre era un gran creyente -no dogmático-. Y creyó en Dios, y le rezó a su modo, hasta el momento en el  que falleció en brazos del Alzheimer. Y el último día de su vida, hemos admirado que su mirada había regresado, con la bondad que siempre tuvo.
¿Qué por qué hablo ahora de él? Porque lo llevo en el corazón. Porque le amo. Porque nos inculcó que en la Unión, en el Amor, en la Paz, está el sentido de la vida.
Y porque en los medios de comunicación de los últimos días, se habla de Alzheimer, de dolor, y sobre todo de ese gran hombre, D. Adolfo Suárez, al que ahora todos reconocemos como el gran Hacedor de nuestras libertades, al que supo unir izquierda y derecha en un Centro común.
Sigamos su ejemplo.