Una vez, hace ya mucho tiempo, pasó un huracán que azotando la tierra, sembró muerte y destrucción.
Hubo un silencio y poco a poco, aquellos que sobrevivieron, comenzaron a despertarse, observando el triste panorama ante sus ojos.
No hubo lamentos, no hubo ni tan siquiera abrazos de reencuentro, después del caos.
Un pensamiento viajaba entre silencios:...
Cuánta belleza teníamos ante nuestros ojos, y no era vista. Cuánto divagué sobre aquel vecino ruidoso, y cuántas horas de mi vida juzgando a los demás...
Hubo un silencio y poco a poco, aquellos que sobrevivieron, comenzaron a despertarse, observando el triste panorama ante sus ojos.
No hubo lamentos, no hubo ni tan siquiera abrazos de reencuentro, después del caos.
Un pensamiento viajaba entre silencios:...
Cuánta belleza teníamos ante nuestros ojos, y no era vista. Cuánto divagué sobre aquel vecino ruidoso, y cuántas horas de mi vida juzgando a los demás...
Por eso es tan hermoso apreciar un nuevo día; arañar los momentos de felicidad; decir "te amo" a quien se ama. Agradecer a la vida tanta belleza repartida.
Decretemos llevar siempre la bandera de la felicidad, del positivismo y el Amor, anclada en nuestro pecho.
¡Vive! ¡Ama! ¡Anima a los corazones dormidos!
Siembra Amor, sin mirar si ese Amor, crece o no. Eso ya no está en tus manos.
Decretemos llevar siempre la bandera de la felicidad, del positivismo y el Amor, anclada en nuestro pecho.
¡Vive! ¡Ama! ¡Anima a los corazones dormidos!
Siembra Amor, sin mirar si ese Amor, crece o no. Eso ya no está en tus manos.