¿Qué es la Eternidad?
¿Qué son los suspiros?
¿Qué es la belleza de la Vida sin fin?
La Eternidad carece de comienzo y nunca será final, pero
este concepto no cabe en mente encarnada y se diluye entre la incomprensión.
Lo que nunca nació nunca muere y es por ello que las Almas
son como las teclas del inmenso piano existencial.
Los seres humanos tienen un poderoso clima de realidad
detrás de la lluvia que acontece en su vivir.
Las Luces inmortales tienen el don de mostrar, pero nunca
llevarán el timón de las vivencias aunque desde el espacio existencial pueden
regar renglones de Amor y vida Eterna.
Las experiencias que el ser humano vive son sus trazados y
sus trazados son las madejas del gran Ovillo al que pertenecen y a ese Ovillo
existencial pertenecen Luces y Sombras y entre ambos se traza las vivencias
físicas.
El reguero de la
Fuente se disemina entre piedras y campos y se repliega en Sí mismo una vez que
la experiencia alcanza el cúlmen de la vivencia.
Templa las manos y llévalas al cielo con las caricias
eternas.
No percibas dolor ni duda ni dicha ni desdicha.
Cuando dejas la dimensión física, los sentimientos no
existen. Existe la Sustancia que determina las experiencias y esa Sustancia
tiene varias derivadas: En unas, la Luz ha cosechado más brillo y en otras la
oscuridad ha vivenciado en su cloaca la finalidad de su misión.
Pero aún entre Luz y Sombra se elevan las experiencias. Un
ser que se diluye en la ambigüedad no evoluciona, pero a la vez, sus
circunstancias ayudan a aquellos que lo perciben, porque siempre su aportación
formará parte de la vivencia ajena.
Igual que los puntos de una rueda son para que la rueda sea,
así son todas y cada una de las
vivencias…
¡Cómo brilla la Luz cuando percibe la Sombra!. Y la Sombra
¡Cómo vibra en oscuridad para regresar a
la Luz!. Todos al servicio de todos, así es el entramado Existencial.
Celia Álvarez Fresno 14-10-2021
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