El Alma, canto esperado por el ser que ilumina el paso de la oscuridad. Aplaca el miedo ajeno con sus notas, ante el que sufre, ante el que no ve. Vueltas de un collar que poco a poco teje su forma. Inmaculadas cintas de oro que hacen que quien las contemple vibre, con su vibrar. Inmenso sol que abre sus reflejos hacia aquéllos que aprenden el camino del Amor, unas veces olvidado, otras intuido.
¡Qué preciada caja de recuerdos posees, Alma inmortal, que enseñas con la sencillez de la verdad!.
El Alma es tan pequeña que una molécula podría albergarla. Y es tan grande que con solo Ser cubre el mundo entero. Y es tan ligera que el peso con su peso, no se altera; y es tan libre que con sólo saberse libre vuela y se cubre de tintes diferentes jugando a existir. Ella vive prisionera y sueña con terminar la vida en donde sirve a aquél que aprende.
¡Qué preciada caja de recuerdos posees, Alma inmortal, que enseñas con la sencillez de la verdad!.
El Alma es tan pequeña que una molécula podría albergarla. Y es tan grande que con solo Ser cubre el mundo entero. Y es tan ligera que el peso con su peso, no se altera; y es tan libre que con sólo saberse libre vuela y se cubre de tintes diferentes jugando a existir. Ella vive prisionera y sueña con terminar la vida en donde sirve a aquél que aprende.
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