La conciencia, ese rincón flexible que nos abarca y que algunas veces se infla hasta hacerse casi imperceptible para la propia conciencia.
La conciencia es como un embudo, comienza siendo muy estrecha y ante la repetición de un mismo acto varias veces, la inicial forma se agranda y se agranda… hasta establecer un conducto por el que pasan libremente dichos y hechos.
La conciencia es como un embudo, comienza siendo muy estrecha y ante la repetición de un mismo acto varias veces, la inicial forma se agranda y se agranda… hasta establecer un conducto por el que pasan libremente dichos y hechos.
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