¿Por qué no me descubres? ¿Por qué sólo conoces la parte liviana de mi yo?
Tú, a mi lado...
Yo, al tuyo...
Pero desconoces esa Realidad que me acompaña desde siempre…
¿Por qué no me escuchaste ni me escuchas, habiéndome escuchado tantos otros?
Quizás eso sea necesario para equilibrar nuestra balanza… para vivir la vida, aferrada a la tierra. Sin levitar.
Tu aquí... en este espacio...
Yo… en las profundidades de mi misma.
A menudo ocurre. Algunas veces te conoce mejor quien no vive con nosotros
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
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