¿Qué diferencia tiene la vida con la Vida? me preguntas... Verás: Es un lugar enternecido por la brisa y los colores por los cantos y las flores, y sobre todo... por presencias armoniosas. Los jilgueros no cantan porque su canción se escucha sin ser cantada. Los brazos no abrazan. Ni besan unos labios porque las caricias se sienten sin que sean necesarias demostraciones amorosas. Las rosas, de colores no imaginables para ti hoy, cubren los lugares, apacibles con su presencia. Sin que exista rosal. Sin que existan espinas en sus tallos. Las orquídeas son hermosas en la tierra, pero no puedes compararlas al jardín imperecedero. Las nubes no se agolpan. Ni ennegrecen. Ni sueltan agua, sino que acarician a su paso. Y el que duerme es acariciado con su silencio. Con su suavidad... ¿El que duerme...? La permanencia es sentir sin cuerpo, y mirar sin ojos y dormir sin sueño. En el dormir estás despierto. No existen matorrales, ni sustancias malolientes ni cuervos ni reptiles ni flores sin aroma... Percibes los olores sin que exista membrana que los capte. Porque los sentidos perduran aun sin soporte. No hay senderos con piedras afiladas en la montaña. Existe la montaña y una colina ardorosa en la que surge un manantial. ¿Ésto es así?, me preguntas Y te respondo que cuando piensas e imaginas vuelas con la imagen a lejanos lugares. Y esa imaginación, hoy pobre, te niega muchas cosas porque la razón te ata. ¿Cómo que la razón me ata? Cuando estás en el cuerpo, es necesario razonar, para tomar decisiones. Pero cuando el abandono del cuerpo es total, lo inimaginable hoy, se vuelve realidad mañana.
"Desde el viento" Celia Álvarez Fresno
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