Una mujer, muy cercana a mí, se aferra a un nenúfar en medio del lago, como tabla de salvación.
Y yo, que estoy cobijada, mecida en la penumbra, le lanzo unas palabras a modo de consuelo, intentando contarle la sinfonía que yace dentro de mis sentimientos de permanencia.
Ella asiente y sonríe. Tenuamente y muy bajito me inyecta, con su carita de pena, la esperanza de que todo lo que yo creo, sea así.
Y el lodo, poco a poco va cubriendo las heridas cruzadas que dividen su vientre. Y ella las mira, como si se tratara de un trofeo en la férrea batalla contra el adiós.
Algunas veces la veo emerger y su rostro es el que ha sido; pero otras, miro su mirada perdida en los entresijos de la mente, quizás entablando una conversación con esa Muerte que la acecha agazapada en el lodazal esperando un triunfo abanderando la derrota ajena.
Estoy mecida y acariciada por la ténue brisa que me recoge los pensamientos tristes y balancea mis pesares mientras contemplo la lucha delante de mis ojos.
Y me siento mal, triste y vacía... pero no puedo hacer nada.
Sólo espero, y miro que el hilo invisible de su aliento no se corte.
Una perla de texto, quizá procedente de la peor de las sensaciones.... la impotencia con la que tenemos que asistir al dolor, el sufrimiento y el "hasta luego" de la gente a la que queremos y apreciamos
ResponderEliminar"...pero no puedo hacer nada. Solo espero, y miro que el hilo invisible de su aliento no se corte".
Me llega el dolor de la gente que le rodea, y me llegan sus lágrimas ahogadas en tantas ocasiones sus espaldas "para no hacerle sentir peor".
Buen día Celia.
Son esas lecciones que da la vida hermanada con la muerte la que nos hace despojarnos de nuestro ego para ser solamente persona que destierra los pesares para agradecer cada gota de vida regalada… Son esas lecciones en las que únicamente podemos desear fuerza para trasmitir consuelo al que sin remedio su tiempo presente se agota…
ResponderEliminarUn beso,
Estoy con Ave, en su apreciación de esas palabras que han compuesto una bella sinfonía, de una experiencia dolorosa, como la que se puede percibir en ellas
ResponderEliminar...realmente es un placer deslizarse por la suavidad de tus escritos......
ResponderEliminartal vez esta última entrada sea ficción o real pero he recibido todo el sentir de tu expresión
... me gustaría comentarte que no estoy totalmente de acuerdo con una frase:"pero no puedo hacer nada"....
sí, sí que se puede hacer: tener fe, llénarse de amor, de esperanza y eso te generará fuerza........y a penas sin pretenderlo le transmitirás esa fuerza a quien ames .Celia ,no te conozco más que por las entradas que he leido en este blog(estupendo por cierto) y no suelo comentar demasiado (soy hombre sencillo),pero hoy he creido que sería bueno ,desde mi experiencia,dar mi punto de vista...tu fuerza puede transmitir energía al enfermo, arrancar una sonrisa al dolor y tal vez un aliento definitivo a la muerte.... tal vez
así sea
abrazo, seguiré leyéndote, claro
Ave. Siempre un placer tu comentario matinal. No me canso de agradecértelo.
ResponderEliminarEs la enfermedad del día a día. Pero los que tenemos fe vemos las situaciones de forma diferente. Pero aún así... dura.
Saludos.
Fectivamente Flipo. Trasmitir fuerza es lo que cabe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Paco. Si. Es la vida. Pero la vida y la muerte se confunden y amalgaman formando la existencia.
ResponderEliminarVidas y muertes... muertes y vidas...
Saludos
Hola Eldelalámpara. ¡Que gracioso nombre!.
ResponderEliminarMuchas veces he pensado (sin querer ser sabelotodo, ni estarenposesiondelaverdasdabsoluta -he cogido carrerilla con eldela....- ni nada por el estilo, pero como iba diciendo he pensado que nada más me agradaría tanto como poder decir a las personas que padecen y que ya ven próximo su fin, que todo continúa, que no tengan miedo, que sólo existe una Puerta, y que se abre para entrar en otra Dimensión.
Y si lo digo, es porque la vida me ha enseñado que existe Vida.
Pero... me quedo aquí, delante de este blog, y escribiendo mi cuarto libro que seguramente se apila en el apartado de "las no ventas", como os otros trés.
Y es que tengo miedo de que digan que me falta un tornillo y sobre todo ¿de qué va?
Es un placer. No merezco todo lo bueno que has dicho. De todas formas siempre halaga...
Un saludo. ¡Ah!. Esta es tu casa.. puedes visitarme cuando quieras.
si tan solo las efermedades cambiaran de nombre...
ResponderEliminares el nombre el que nos asusta....
saludes!!
Ya. Está claro. Sólo con decir ¡Cáncer!temblamos. Pero está demostrado que la mayor parte se curan... tenemos que ser positivos.
ResponderEliminarSaludos Allek