Ver un telediario es ni más ni menos que un hallazgo premonitorio de aquel hombre tantas veces puesto en entredicho llamado Nostradamus.
Seguramente, dado su poder visionario, vislumbró la “caja tonta” y observó el futuro, eso que todos los días vemos los mortales del planeta giratorio.
Hoy, en el telediario de las tres escucho - por enésima vez- el maltrato al que están sometidos los Educadores…
(Hago una pausa para contar hasta diez, y no escribir algo de lo que pueda arrepentirme)
¡Uffff! Estoy tan indignada que me gustaría gritar una vez más, que estamos chiflados, y sin solución.
Hemos pasado de aquél entonces no muy lejano, -en el que tintineabas los dientes cada vez que tus padres se acercaban al colegio, no fuera a ser que el Sr. Profesor dijera algo que te dejara sin salir unos cuantos fines de semana-, a tomar a quien te enseña, por el “pito del sereno”.
A gran parte de nuestra juventud les falta rectitud, cariño, educación, respeto, valores… corrección y preguntas… muchas preguntas que les hagan sentirse amados y valorados.
-¿Quién tiene la culpa de tanto desatino?
-Todos. Sí, TODOS.
Los niños hoy, en su mayor parte, viven solos aunque en el hogar sean más. Llegan a casa y se buscan la vida, porque sus padres están buscando la suya en horarios interminables y en ocasiones mal pagados.
Cuando están todos reunidos, eso si no están dormitando los vástagos por los rincones, muertos ya de esperar, lo menos que apetece al que llega, es preguntar cómo ha ido el día de clase y mucho menos entrar en detalles sobre amigos y normas educacionales…
Cada uno sobrevive como puede, y ya, aquel olor a bizcocho recién hecho que perfumaba tantos hogares de antaño, se convirtió en una pizza sabeanada, engullida medio en cuclillas mientras alguien murmulla entre dientes que te calles la boca,”no vaya a ser que perdamos el hilo” de la serie de turno, y si comentan algo de la escuela, lo solucionamos con una guantada al que pensamos causante de todos los males del hogar, o sea el Maestro.
Seguramente, dado su poder visionario, vislumbró la “caja tonta” y observó el futuro, eso que todos los días vemos los mortales del planeta giratorio.
Hoy, en el telediario de las tres escucho - por enésima vez- el maltrato al que están sometidos los Educadores…
(Hago una pausa para contar hasta diez, y no escribir algo de lo que pueda arrepentirme)
¡Uffff! Estoy tan indignada que me gustaría gritar una vez más, que estamos chiflados, y sin solución.
Hemos pasado de aquél entonces no muy lejano, -en el que tintineabas los dientes cada vez que tus padres se acercaban al colegio, no fuera a ser que el Sr. Profesor dijera algo que te dejara sin salir unos cuantos fines de semana-, a tomar a quien te enseña, por el “pito del sereno”.
A gran parte de nuestra juventud les falta rectitud, cariño, educación, respeto, valores… corrección y preguntas… muchas preguntas que les hagan sentirse amados y valorados.
-¿Quién tiene la culpa de tanto desatino?
-Todos. Sí, TODOS.
Los niños hoy, en su mayor parte, viven solos aunque en el hogar sean más. Llegan a casa y se buscan la vida, porque sus padres están buscando la suya en horarios interminables y en ocasiones mal pagados.
Cuando están todos reunidos, eso si no están dormitando los vástagos por los rincones, muertos ya de esperar, lo menos que apetece al que llega, es preguntar cómo ha ido el día de clase y mucho menos entrar en detalles sobre amigos y normas educacionales…
Cada uno sobrevive como puede, y ya, aquel olor a bizcocho recién hecho que perfumaba tantos hogares de antaño, se convirtió en una pizza sabeanada, engullida medio en cuclillas mientras alguien murmulla entre dientes que te calles la boca,”no vaya a ser que perdamos el hilo” de la serie de turno, y si comentan algo de la escuela, lo solucionamos con una guantada al que pensamos causante de todos los males del hogar, o sea el Maestro.
Los hijos no son felices, porque teniendo de todo, no tienen nada de lo que puede hacer de ellos personas de bien, con atención. Los padres no son felices, porque se sienten mal al no poder dedicar el tiempo deseado a los hijos, ya que tienen que hacer horas extras para poder pagar el plasma de 50 pulgadas, la wii, la Play, el móvil de última generación etc.. etc..
Y por supuesto, no queda tiempo para decirles lo que es el respeto a los demás.
¡Ah! No sé hasta donde vamos a llegar.
-¿Quién tiene la culpa de tanto desatino? vuelvo a preguntarme
Ahora, ya un poco más calmada pienso que tal vez las cosas tengan que estar muy mal y tocar fondo para que vuelvan a resurgir, la coherencia, el Amor, los valores, los besos, las caricias, alguna que otra "colleja", los abrazos, el buenos días, las buenas tardes, el ¿cómo se encuentra? y sobre todo el Sr. Profesor, que a fin de cuentas es el que está para enseñar tantos y tantos temas necesarios para salir adelante.
Y por supuesto, no queda tiempo para decirles lo que es el respeto a los demás.
¡Ah! No sé hasta donde vamos a llegar.
-¿Quién tiene la culpa de tanto desatino? vuelvo a preguntarme
Ahora, ya un poco más calmada pienso que tal vez las cosas tengan que estar muy mal y tocar fondo para que vuelvan a resurgir, la coherencia, el Amor, los valores, los besos, las caricias, alguna que otra "colleja", los abrazos, el buenos días, las buenas tardes, el ¿cómo se encuentra? y sobre todo el Sr. Profesor, que a fin de cuentas es el que está para enseñar tantos y tantos temas necesarios para salir adelante.
¿Que toda la sociedad no es igual?
-Por supuesto que no. Pero hoy, al igual que en otras ocasiones, acabo de escuchar que un altísimo porcentaje de enseñantes son agredidos.
Debemos reflexionar. Sólo eso.
P.D.
Por cierto, no acostumbro a marear la perdiz con el femenino y el masculino, porque a mí me importa muy poco.
Pienso que la valoración y el respeto nos lo ganamos con nuestras actitudes y aptitudes, seamos hombres o mujeres, sin necesidad de dejar constancia de - el "o" o el "a"-
...Una vez más esa sensación de conexión con lo que cuentas
ResponderEliminar... en esta ocasión encajando perfectamente en lo cotidiano que todos los que tenemos hijos vivimos, "esa pizza medio en cuclillas sobre la que amanecen las miradas hipnotizdas de esas jóvenes esponjas que son nuestros hijos", es una imagen que se repite casi como un triste estereotipo en demasiados hogares (el mio el primero).
Quizá se nos tache de "rancios" por reclamar respeto a los profesores y de reclamar un pasito atrás para volver a disfrutar de ese "aroma profundamente envolvente a bizcocho"...
Celia, una vez más haces que se amontonen las palabras en las llemas de mis dedos...así que voy pitando a mi espacio para "contar mi versión"...
Gracias por el cumplido de tu anterior mensaje, viniendo de la persona que estoy descubriendo en este blog... es mucho más que un estupendo bálsamo para un "perfecto Don Nadie".
Hasta pronto.
Hola Celia.Yo no creo que sea falta de dedicacion, de los padres hacia los hijos.Mas bien Creo que la falta es de educacion.besos.PERDIZ
ResponderEliminarAve, tus opiniones me llegan al corazón, y tu hermoso dibujo me parece toda una obra de arte.
ResponderEliminarYo también hago mis pinitos con la pintura, pero no dejan de ser eso. Pinitos.
Perdíz, hacía mucho tiempo que no me enviabas comentarios. Cierto es que mi blog estubo un tiempo bloqueado... tal vez sea por eso.
ResponderEliminarGracias y un abrazo.