Torturas con mirada
perdida, fría, desafiante
intentando subyugar con la arrogancia
voluntad y vida...
...
Un convite callado
mirando sin ojos, sin ver
opacando el yo, con el silencio
para no dar motivos...
...
Un día, y otro y otro más
esperando cariño, sin que llegue
mecido por el llanto de la duda
que aprieta la garganta...
...
Sin manos levantadas agrediendo
Sin marcas, señales ni morados
Sin partes de lesiones por no haberlos
Sin objetos punzantes...
...
Actitudes que llevan al vacío
¡No hagas! ¡No digas! ¡Te lo dije!
¡Prepotente!
¿Quién te piensas que eres?
...
Absurdos aspavientos
que hacemos los humanos muchas veces,
causando sufrimiento a quien lo sufre.
Labrando desatinos y alborotos.
Hola Celia,
ResponderEliminarDuro en algun momento pero bello a la vez. Creo que es mejor que te ignoren a que te hagan daño. Seguro.
Por contra uno puede pagar con la misma moneda.
Un abrazo
Sí, Celia, un escrito duro. Pero yo creo que hay que aprender a no valorar tanto a quien no lo merece. Quizás, así, uno pueda atravesar un desierto y disfrutar sólo del Cielo; sin más.
ResponderEliminarUn abrazo.
En ocasiones nos aferramos a la idea que por el simple hecho de elegir a alguien como compañero de camino ya es como deseamos que sea... Idealizamos nuestro deseo en la imagen de otra persona y como dice Mercedes deberíamos aprender a no valorar a quien no lo merece por que luchar contra o por cambiar a otro es batalla perdida...
ResponderEliminarUn buen poema sobre un tema demasiado cotidiano...
Un beso,
Un poema de profunda filosofìa, el cua, ta confieso, debì releer. ¿He perdido tanto tiempo sin leerte? Regresare mas a menudo, lo prometo. Tienes un blog hermoso. Lo agregare almio. suerte.
ResponderEliminarCreo entender, Celia, que con este poema quieres denunciar actitudes de violencia de género que no llevan implícito un maltrato físico. Creo que llevas razón, muchas mujeres sufren en silencio el desprecio de sus parejas, que han aniquilado su voluntad y sus ganas de hacer cosas.
ResponderEliminarEn mi trabajo me he encontrado con mujeres emprendedoras, que querían llevar a cabo un negocio y que por culpa de su marido, que no las ha apoyado, que las ha ridiculizado; no se han atrevido a dar el paso.
Como siempre nos llevas a la reflexión, un abrazo.
Hola Paco.
ResponderEliminarEstos días tengo problemillas con mi ordenador, y no entro tanto como quisiera.
Sí, es mejor que te ignoren. Bien dicho.
Un abrazom anigo
Mercedes. Sí... mejor el cielo. Siempre el cielo
ResponderEliminarUn abrazo
Flipo. Feliz Navidad. Creo que las personas somos como somos y es muy dificil el cambio.
ResponderEliminarExisten vivencias de todo tipo, y cada persona es un mundo.
Un abrazo
Hola Julio Cesar. Bienvenido a mi blog. "Me gusta que te guste".
ResponderEliminarPasaré a leerte.
Hola Felisa. Sí. Intento escribir sobre situaciones de la vida.
ResponderEliminarCreo que en este texto se pueden ver reflejados hombres y mujeres.
La tortura psicológica puede que sea la mayor de las torturas, pues acaban con el ser minando poco a poco, sus sentimientos, anhelos, esperanzas... proyectos.
Somos un barullo de problemas que intercambiamos con los otros, sin darnos cuenta de que transmitimos nuestras propias carencias viéndolas relfejadas en el otro.
Un abrazo querida amiga.
Perfecta forma de transmitir el concepto...Interesante visión de esos silencios que "opacan el yo"...
ResponderEliminarUna vez más me dejas una estupenda reflexión para compartir en mi propia tertulia ...
Si, me lo permites, me gustaría lanzar una pregunta... ¿Donde empieza la tortura psicológica y donde termina una mala racha de enfrentamientos dialécticos y condutivos, en una convivencia?...
Como siempre, y aunque peque de empalagoso... Gracias por alimentar ese debate interno que tanto necesito a veces...
Un abrazo.
Hola Ave.
ResponderEliminarCreo que existe una gran diferencia entre "tirarse los trastos" en una conversación subida de tono, por enfado, discrepancia etc, y lo que es un maltrsato psicológico.
Veo ese tipo de "humillación", como la gota que cayendo de la fuente, taladra la piedra. Un día y otro. Así,por las buenas. Sin venir a cuento, porque tal vez la persona que humilla desea "crecerse" con su "victoria" opacando, machacando y martirizando.
No estoy al lado del sexo femenino, ni del masculino. Creo que este tipo de abuso tanto incide en el hombre como en la mujer. Y viene de ambas partes.
Si fuéramos conscientes de que la victoria ajena y el triunfo ajeno, es nuestro propio triunfo y nuestra victoria, la vida sería mas feliz.
Querido Ave... no eres empalagoso, y tus palabras son balsámicas y sabias. No lo olvides.
Un abrazo
Hola Ave.
ResponderEliminarCreo que existe una gran diferencia entre "tirarse los trastos" en una conversación subida de tono, por enfado, discrepancia etc, y lo que es un maltrsato psicológico.
Veo ese tipo de "humillación", como la gota que cayendo de la fuente, taladra la piedra. Un día y otro. Así,por las buenas. Sin venir a cuento, porque tal vez la persona que humilla desea "crecerse" con su "victoria" opacando, machacando y martirizando.
No estoy al lado del sexo femenino, ni del masculino. Creo que este tipo de abuso tanto incide en el hombre como en la mujer. Y viene de ambas partes.
Si fuéramos conscientes de que la victoria ajena y el triunfo ajeno, es nuestro propio triunfo y nuestra victoria, la vida sería mas feliz.
Querido Ave... no eres empalagoso, y tus palabras son balsámicas y sabias. No lo olvides.
Un abrazo
Feliz año Celia querida.
ResponderEliminarTenes mil dones, pero el mayor es que eres amiga de tus amigos y eso aún por encima de tu faceta de pensadora-escritora que dejas a todos con la boca abierta.
Un abrazo
¡ No hagas! ¡No digas! ¡Te lo dije!. Que forma mas asquerosa de maltratar. Muy buen texto Celia, ¡Enhorabuena!. Un beso
ResponderEliminarHola Anónimo.
ResponderEliminarUfff...Sin comentarios
Hola Isabel.
ResponderEliminarSí. Así es la vida.
Gracias por tu comentario.
hola... interesante sitio...
ResponderEliminarmucha tinta para este año...
saludes!