Al final de la calle estaba tú.
Poco a poco... te observé. Te observé desde la lejanía hasta que, con paso quedo y tímido, me acerqué a ti.
Eras tan admirablemente hermoso, tenías tanta clase que, en sólo un momento, calaste en mi corazón y aún hoy, después de tantos años, sigo recordando aquel momento.
No pude acceder a ti, ya que había algo que nos separaba. Había llegado tarde.
Durante toda la noche, no dejé de darle vueltas a mi hallazgo sin poder conciliar siquiera el sueño; y al amanecer… regresé al lugar para admirarte.
La segunda oportunidad estaba servida, y cuando abrieron el comercio, yo, la primera; te alcancé.
Entré en el probador desechando mi pantalón vaquero y aquella camiseta azul. Me enfundé en ti y con espanto, contemplé que no te ajustabas en absoluto.
Que me apretabas con tus costuras, y hasta los rebordes se fruncían dando un aspecto desaliñado y gris.
El hechizo acabó y aún hoy me pregunto:
"¿Qué habría pasado si ya no estuvieras allí cuando llegué?"
Tal vez hoy… seguiría soñando contigo.
Hola.
ResponderEliminarLeyendo tu conciso, medido y bien redactado relato, se adivina que vas a sorprender con giro un inesperado. Pero lo genial es la moraleja final y, sobre todo, la frase.
"¿Qué habría pasado si ya no estuvieras allí cuando llegué?"
Tal vez hoy… seguiría soñando contigo.
Un saludo de NADA
¡Genial Celia! Me encanat cuando el relato da un giro en el último memento. Y sí, seguirías soñando si no fuera un modelito... si fuera un ser humano.
ResponderEliminarYo tengo un diálogo para los sábados literarios. ¿Qué he de hacer? ¿Colgarlo en el blog y ya está? Te escribo al e-mail
Un beso de Buenos Días, para seguir soñando a plena luz del sol o de la lluvia,
Mar
Muy bueno, Celia, sabes que me encanta cuando sacas a relucir ese ingenio y sentido del humor.
ResponderEliminarLa reflexión final es de nota. Cuántas veces nos quedamos soñando con algo, y probablemente si hubiera estado allí, como dices, cuando volvimos, no hubiera sido para tanto.
Un beso.
Celia, que flechazo a primera vista, qué sensualidad, que segundas intenciones, y la segunda oportunidad en el probador, íntima, tú y él, tú dentro de él !desengaño! Pero por lo menos lo probaste, saliste de dudas, y llegaste a tiempo.
ResponderEliminarBuenas letras las tuyas, con misterio divertido !ave! y un bsito.
Estupendo relato¡
ResponderEliminarCiertamente especulamos muchas veces con situaciones de nuestra vida.Particularmente pienso, que a veces es preferible dejar eso que tanto nos ilusiona en el mundo de la fantasía, pues cuando se hace realidad,ya nada es igual.
Un saludo
Hola Celia,
ResponderEliminarEs la primera vez que paso por tu casa y el relato ha estado genial, yo esperando que fuera un chico y a la final, BINGO una prenda de vestir.
Excelente, me ha encantado.
Me apunto tu URL para visitarte con mayor frecuencia.
Besos :)
jajajaja que bueno Celia.
ResponderEliminarMira, mejor salir de dudas cuanto antes; aunque entiendo la desilusión tras comprobar que aquello con lo que sueñas, no está hecho para ti.
Me temo que al final habrá que ir a las tallas "especiales"
Un abrazo
Muy bueno Celia,
ResponderEliminarme ha encantado y además me va a venir bien para pensar que no se ajustaría en nada a mí cuando veo algo que me gusta y por pensármelo demasiado cuando vuelvo a por ello ya no está, a partir de ahora cuando me pase me acordaré de tu relato y me fastidiará menos (ciñéndolo al asunto de la ropa claro está)
Un beso de Mar
jaja
ResponderEliminarVaya, real como la vida misma. Muchas veces conseguimos algo que luego no nos parece para tanto. A veces, el simple hecho de conseguirlo, ya hace que se pierda toda la magia, verdad?
Genial, Celia!
Un beso grande!!!
Cuantas veces me ha pasado eso. Ves algo precioso y piensas: -Eso me lo compro. Después te lo pruebas y la decepción es mayúscula. Te hundes, aunque piensas que en otro momento llegará tu oportunidad.
ResponderEliminarUn Beso
Un gusto leer tu relato, al menos tu protagonista se quito la duda.
ResponderEliminarSaludos.
MI querida Celia, acabo de pasar un rato buenisimo leyendo tu relato. Me daba que algo nos preparabs para el final, pero no imaginé de qué se trataba. Felicidades
ResponderEliminarGracias por acompañarme en este viaje y te espero siempre.
Un besazo la conductora
¡Estupendo, Celia! Si nunca nos acercáramos a ese algo, nunca sabríamos qué tanto nos conviene...
ResponderEliminarBesazos, amiga :)
Lo que menos importa es encajar en el envoltorio de lo efimero. ¡Tu si que vales!
ResponderEliminarbesos
Jajaja.
ResponderEliminarHe caído como una tonta, pero me consuela que los demás también lo hayan hecho.
Muy bueno.
Besossss
Muy bueno, Celia.
ResponderEliminarClaro, seguro que hubieras pensado siempre que aquel "hallazgo" era ideal, que estaba hecho para ti y que te acoplaria como un guante.
Asi,tienes por una parte la decepción pero por otra la certeza de que no era para ti.
Y a por otro, jajajaja
Un besito
Comencé leyendo y la palabra cosa me pareció que no iba,porque te referías a personas... en fin eso creía yo, inmersa en tus palabras y dejandome llevar. Llegué a la sorpresa del final y sonreí...
ResponderEliminarLa moraleja? la mejor: más vale no alimentar sueños de lo que no fue, de poder no hay que alimentar esos fantasmas, o sí?
Es que si yo....
En fin. Muy bueno!!
Un abrazo.
Me enfundé en ti y con espanto, contemplé que no te ajustabas en absoluto.
ResponderEliminarn0 piens0 añadir mas
me qued0 c0n esta frase
en ella dices t0d0, al men0s para mi
medi0 bes0, celia
Bonita perla, corta e interesante, con un final que te descoloca o que te coloca, después de una segunda lectura.
ResponderEliminarFelicidades, creo que esta es la esencia de los "Sábados literarios de Mercedes" sorprender y entretener en la distancia corta (como aquella famosa colonia)
Sólo una pequeña impertinencia: ¿que hubiera pasado si en vez de utilizar el verbo "estuviera" hubieras utilizado "hubieras estado", ...no sé. quizás me equivoque.
Un abrazo
Un giro sorprendente en tu relato. Es bueno aprovechar una segunda oportunidad para evitar quejarnos en el futuro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ha sido un autobús lleno de historias. Con curvas pronunciadas y muchas golosinas para paladear.
ResponderEliminarAlfredo... estoy de aceurdo contigo, se puede decir de ambas maneras, pero tal vez, suene mejor "hubieras estado".
Besos para Mercedes, y para todos vosotros.
Un bello relato, que pone sobre la mesa, el eterno femenino...un abrazo desde Zuhaitz-Ondoan de azpeitia
ResponderEliminarSeguro que si Celia, seguro que si!!
ResponderEliminartodo lo desconocido lo idealizamos!!
Bello, me ha gustado mucho
Besos
A los amigos, compañeros y seguidores de Celia Rivera Gutiérrez, autora del blog
ResponderEliminarERASEQUESEERA-
http://rosadeojostiernos.blogspot.com/
Los invito a pasar por su blog, por favor.
Gracias.
Yo por desgracia aun sueño con un precioso vestido corto de verano en seda de color burdeos... que me robó el corazón y la tranquilidad¡¡¡ no me lo pude comprar para la fiesta a la que ibamos y simplemente aceché a la ausencia de aquel maldito vestido que el chico que me gustaba terminará aquella noche con mi amiga¡¡¡¡ jajaja solo tenia 16 años pero para mi fué traumatico¡¡¡ Ella si que llevaba un vestido de verano¡¡¡¡ La tonteria se me quito cuando meses después le puso los cuernos con la que todos creiamos que era su prima... y que no¡¡¡ NO LO ERA¡¡¡¡ jajajajaja Un beso y mis felicitaciones ha sido divertido¡¡¡¡¡
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