Era tiempo de calma y el Alma sola, se inventaba una historia. Una historia de abrazos, de besos compartidos de pasado en presente... de presente en pasado.
Los abedules, se impregnaban de viento y en cada soplo, una reverencia de hojas muertas.
Las nubes enviaban la savia de la vida, para que los manjares de la tierra brotaran en cascada.
Pero el Alma cantaba al corazón, mientras mi razón rozaba el suelo.
Arrinconada en un rincón, con sueños en las manos y vendas en los ojos, entoné la canción de la tristeza un día y otro, haciendo de los sueños bellos... un letargo.
Había tormenta, y un rayo repentino, iluminó mi noche.
Entonces... la sacudida del corazón vibró tan fuerte, que yo entera, enternecí con mimos su presencia.
No reparé que el rayo siempre hiere... y entonces me soltó de repente desde lo alto de aquel peñasco gris.
Mi fin era esperado, no reparé siquiera que los sueños perfectos se cubren de otros sueños que en fortaleza pueden hacerse realidades.
Y reboté con saña entre los espinos y fangos pantanosos.
Entonces... escuché unos latidos que llegaban despacio y luego mi Yo salió de su letargo. Con brillo ardiente. Con posos bellos. Con Luz itensa y al alba... yo misma era la Luz que abarcaba más Luces y que yacía en presente habiendo sido el antes y habiendo sido el antes... me contemplé en después.
Una conclusión bella llegó a mi vida:
Aprender de experiencias amargas o dichosas, es una clave. Sabernos inmortales, es la dicha. Encontrarnos de pronto con el antes el ahora y el después... en uno mismo, en el mismo momento... un regalo del Cielo.
Las horas no se miden. El Tiempo se ha parado. Todo es presente en donde nada acaba.
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ResponderEliminarAdmiro tu modo de ver y sentir. Trasmites paz y vida en tu post.
ResponderEliminarUna sabiduría de experiencias ofrecida generosamente, para que aquel que sabe ir más allá... de lo pura y aparentemente perceptible a los ojos.
¡Siempre es presente, siempre fue presente y siempre será... presente vivo!
Un verdadero placer leerte Celia, un verdadero placer.
Hola, Celia.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con Mistral. Tus letras regalan paz. Y con ella me encuentro cada vez que me acerco hasta tu blog.
Esa clave es el gran secreto. Nada menos que aprender de las experiencias amargas o dichosas...
Es el intento constante en nuestras vidas.
Una vez más...gracias.
Un abrazo fuerte.
Maat
Muy bellos pensamientos. Gracias por compartirlos. Besos
ResponderEliminarQué bueno es poder descubrir que todo es aprendizaje. La conciencia se ilumina y nuestro ser aprende a aceptar que todo nos hace crecer.
ResponderEliminarHermoso.
Un fuerte abrazo.
Quien cuando le ocurre algo "malo o negativo" sólo alcanza a quejarse y no aprende nada tiene aún una gran tarea por delante.
ResponderEliminarAbrazos, muchos.
Te aseguro que tu texto, destilado de ese alma que susurra al corazón, me ha extremecido...aunque por otro lado.. no podía ser de otra forma viniendo de ti.
ResponderEliminarLuz en quietud.. y por fin.. comprender que solo somos presente....
Gracias por el regalo.. inmenso...
Qué grandeza de espíritu la tuya,querida Celia.
ResponderEliminarLeer este escrito es como adentrarse más lejos y más allá de lo meramente real e imaginado.
Es como tener una certeza entre las manos,gracias a tus letras cargadas de ese magnetismo que tú sientes.
Me ha encantado,de corazón te lo digo.
Besos miles.
Hola Celia.
ResponderEliminarPreciosa entrada.
Toda nuestra vida es un continuo aprendizaje en el que nuestras experiencias nos hacen ser quienes somos y vivir en un continuo presente del que a veces nos olvidamos, en favor del pasado y en las esperanzas del futuro, sin darle el inmenso valor que tiene
Un beso de Mar
Bueno me pareció un relato muy poético.
ResponderEliminarUn saludo:Juan