Estoy solo; totalmente solo. Corro de acá para allá y no sé hacia donde voy. Bueno, la verdad es que de vez en cuando, me paro para atusarme un poco los bigotillos con mis patitas delanteras; también me pongo de pie, y miro en todas direcciones.
No veo a ninguno de mis congéneres.
Ummm… creo recordar que se metieron uno tras otro, por esa rendijilla que está delante de mí en esta pared interminable. Ninguno salió.
No. No les he vuelto a ver.
¡Voy a buscarlos!. Si no han salido es porque tienen un lugar más cómodo que el mío.
Hiiiii, hiiii, chillo, mientras me apretujo por esa ranura estrecha; pero parece que nadie dice nada, porque no escucho más que mi propio chillido.
.
¡Ya estoy dentro! y todo huele bien..., además no hace frío.
Ahora comprendo el motivo de mi soledad, entre hojarascas y palos secos.
¡Ya estoy dentro! y todo huele bien..., además no hace frío.
Ahora comprendo el motivo de mi soledad, entre hojarascas y palos secos.
Corro a esconderme, por si acaso. Aquí está oscuro, pero voy a escalar un poco. Me gusta… me gusta mucho este sitio. ¡Esto si que es confortable!. Calentito y mullido.
Chispas!!!! no sé por donde voy, pero siento calorcito y algo que parecen hierbitas finas enredadas . ¡Qué gusto!. Me echaré una siesta, que el camino hasta aquí, ha sido duro…
Chispas!!!! no sé por donde voy, pero siento calorcito y algo que parecen hierbitas finas enredadas . ¡Qué gusto!. Me echaré una siesta, que el camino hasta aquí, ha sido duro…
Hiiii, Hiiiii ¿Qué es esto? ¿Qué ocurre ?:
.
.
.
.
-Pichurrín, te había dicho ayer a la noche, que no me despertaras. Ya sabes que tengo que aprovechar los domingos por la mañana para dormir…; comprende que es mi día, el único en el que no madrugo… ¡Para ya, tontorrín, y no me hagas cosquillas!
-Pituquina, me has despertado tú a mí; te prometo que no te he tocado. Estarías soñando. Ya sé que te atraigo tanto… que estoy en tu cabecita loca, día y noche. Pero, deja que ya voy. Amorcito, qué suerte tienes al saber que estoy loquito por ti. Voy raudo a tu llamada. Tú lo has…. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Ayyyyyyyyyyyyy!!!!!!
-¿Qué te pasa Pichu? ¡¿Qué te pasa?!!!!!
-Que tu "eso"… que tu "eso" me ha ... ¡Por todos los santos!, me ha dado un mordisco. ¡¡¡¡Está vivo y con dientes!!!!!!!!
-Que te ha dado qué???????
-Mira mi dedo, está mordido y sangrando… ¿Cómo se explica esto?!!!!! ¡Menudo despertar me has dado, Pituquina! Pero... ¿qué implante te has puesto "ahí"?
-Estás chalao, Pichu. Razón tenía al pensar en que últimamente hacías cosas muy raras...
.
-Estás chalao, Pichu. Razón tenía al pensar en que últimamente hacías cosas muy raras...
.
Uffff, mejor me marcho que esto es muy raro, casi muero destripado ¡Menudo apretujón! Gracias a que sé defenderme. ¿qué sería eso que cayó sobre mí?. Quiero correr. ¿Dónde diablos estará la salida?
¡Que alguien me ayude!!!!
Ya decía yo que la vida de ratón de campo, es muy dura…
P.D.
Me gusta ser un ratón de campo, pero sin tener nada que ver con los humanos. ¡Son muy raros!
Caray!!! menudo susto el pobre ratón....
ResponderEliminarYo creo que estaría mucho mejor en el campo...
Pero aquí tendría comida segura y calorcito. Aunque corría el riesgo que estos humanos locos le pegaran un escobazo...
Pero seguro que en toda la casa habría un rinconcito para esconderse.
Si pero ....
¡Que dificil, tomar la decisión!!!!
Y es que ser raton no es fácil...
Me ha encantado.
Un besito
Las aventuras de un ratoncillo simpático narradas en primera persona, menos, jajaja, cuando aparecen las personas.
ResponderEliminarDelicioso y divertido, los humanos somos tan raros, que tenga suerte, aprendió una lección y supo defender su esponjoso cuerpecito.
Un cuento encantador, siempre hay que contar cuentos y tu lo has hecho de maravilla, gracias Celia, besitooos.
Buen sitio se fue a buscar el ratoncito, jaja, bien calentito, lástima que tuviera otros incómodos ocupantes.
ResponderEliminarUn beso, Celia.
yo diría que los humanos más que raros son locos y peligrosos.
ResponderEliminarme gustó tu ratoncillo.
besos.
Bello cuento!!
ResponderEliminarMe hubiera gustado ser un caballo blanco salvaje de esos que corren por la pradera.
Un abrazo amiguina
Angelico el ratón, con lo agustico que estaba en ese sitio y tuvieron que llegar a fastidiarle. Dichosos humanos!
ResponderEliminarjajajajajaja
Besos, Celia!
Jjajajjajajajjajjajaj y...¿No lo notaste muy peludo?
ResponderEliminarJjajajajajajjaj... Tas muy traviesa mocina, vas tener que poner una ratonera a la entrada...ejemmmmmm.
Quiéééééééééééééééééée´roteeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.
V.Nas
jajaja, me río, pero si me encuentro yo un ratón en la cama, muero.
ResponderEliminarHOy me encntré una pequeña salamanquesa y ...
NO te rías tú ahora, que te veo.
Creo que yo me asustaría más con tanto Pichurrincillito de la Moroñoña que de los cuerpos de los dos humanos entre mantas!!!!
ResponderEliminarJajajajaaa!
Qué bueno! Menuda risa!
Besito, Churrincita.
Vaya sorpresa de caricias en los piececitosjajaja los ratoncitos son traviesos pero muy atrevidos.
ResponderEliminarLos ratones son lindos en los dibujos y en fotos sin embargo a mi no me gustan mucho, auqnue estos tuyos sí...
Besitos
jajaja un ratoncito de campo!!! Un animal pequeño y que mucha gente le tiene miedo de algún modo jeje Me he divertido con las andanzas del ratoncito!!! Soy nueva en los jueves literarios pero me ha encantado la idea!!! Besote!!!
ResponderEliminarHola, Celia.
ResponderEliminarQué idea más buena has tenido al crear este delicioso cuento. Si soy yo la Pituquina aún estaría corriendo. ¡Qué horror! Jajaja
Genial, Celia. Genial.
Un abrazo.
Maat
Como los dibujos animados de Pixar, tu relato logra que un ratón nos enternezca y es que al fin al cabo, es un bichito tierno, solo que se mueve tan rápido!!! que asusta, Dios!
ResponderEliminarQué tal la vida, entonces, te va entretenida?
Cualquier cosa te vuelves un ratón de biblioteca y sigues escribiendo tan bien como hasta ahora...
un fuerte abrazo juevero.
Celia menuda sorpresa tu relato este jueves!!!!! Nada que ver con lo que has escrito otras veces. Mira que estás travies, ¿eh? Como un ratoncito de campo... anda qué dónde fue a parar el pobrecito!!!!
ResponderEliminarMe ha hecho mucha gracia tu imaginación.
Un besín amiguina
A quien se le ocurre meter la mano en la ratonera, perturbando la paz de nuestro amigo el inocente ratoncillo. Tu pequeño protagonista, si que me parece un tanto okupa. Pobrecillo, para un hogar confortable que encuentra.
ResponderEliminarUn delicioso relato, Celia.
Un abrazo.
Un cuento para recordar, para recordar que primero hay que probar siempre con el dedo jajaja, porque habiendo ratoncitos tan intrépidos como tú, nunca se sabe. Los ratoncitos mejor en el campo, seguro que encuentra una madriguera calentita donde esconderse y en cuanto a su seguridad y al depredador nada más depredador que un humano que descubre a un ratoncito en su cama.Besitos Celia
ResponderEliminara mí, celía, me gustaría llamarme o bien PICHURRÍN o bien PITUQUNA...me daría lo mismo luego ser ratón o ratona, me daría lo mismo luego ser elefanta o elefante, me daría lo mismo luego ser hombre o mujer...¡ mí me hubiera gustado llamarme así, por que la vida suena a delicia llamándose uno así!
ResponderEliminarbesos, celia.
Me gustaría parecerme a la especie más extraña, más rara y más desconcertante que existe. Pero sólo... parecerme ¡Eh! nunca ser!!
ResponderEliminar¡¡Al humano!!
Besos Celia, siempre es un privilegio pasearse por tus historias.
Y tan raros, fíjate que algunos de ellos quisieran ser ratones de campo.
ResponderEliminarCon las ventajes que tiene ser ratón de ciudad.
Muy bueno y divertido.
Besos
Luna.
ResponderEliminarSi el ratón en el campo, pero es que algunas veces nos gusta tanto sabes qué hay en otro lugar...
Un beso
Natalia.
Contar cuentos, casi nos olvidamos de que existen los cuentos. Ahora se estila más... vivir del cuento.
Jejejeje.
Besinos.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarAunque tarde, he disfrutado mucho de vuestras historias "animaladas".