¿Sabéis el motivo de mi afición por salir de este mundo en el que vivimos, y volar por los cielos? ¿Me comprendéis ahora?
Estamos en pleno conflicto entre los vivientes. Ya dice el dicho que “cuando falta el pan, el amor salta por la ventana”. Un refrán que ahora mismo toma todo su sentido.
Estamos en precario –unos más que otros, bien cierto es-, pero pienso que esto no va a terminar de rositas, y que nos vamos a ir todos por el despeñadero, -sin ánimo de ser agorera-.
El tema es que, algunos, –más bien una muchedumbre ansiosa-, dejó el caminito establecido, con sus curvas y todo, pero a la postre, bastante transitable, para echar a correr por el sendero y en esa estampida, llevar todos los frutos que colgaban del árbol, y las flores del suelo, y los surcos sembrados por tantos y tantos afanosos que trabajaban de sol a sol.
Y con los ojos avispados, tirando hacia un lado a todo aquel que tratara de alcanzarles, llegaron en comitiva exprés, con su hermoso botín, al final del camino. Un final adornado por todo tipo de lujos y deseos cumplidos.
El sol sigue brillando, la tierra aún ofrece frutos y semillas, las fuentes siguen manando, pero… ¿quién va a escuchar todo el cántico de la vida, si los ojos del llanto ya no nos deja ver por tanta miseria desparramada?
¡Ah!... ¿qué voy a hacer yo, que siempre proclamé que yo soy tú? Que siempre mantuve la firmeza de que todos somos Uno, y que nos hemos disgregado en Partes…
Entonces… ¿Yo soy tú? Y tú... tú... ¿eres... yo? Tú que has saqueado sin piedad casas y vidas ¿eres yo?
Pues eso: que aunque no haya corrido con botín alguno, estoy avergonzada.
Y me avergüenzo de veras.
Bendiciones para ti, Celia. A veces nos avergüenza saber que una raza creada para amar y honrar al prójimo se vaya degenerando cada vez mas. Esperemos que DIos intervenga pronto para acabar con esta sociedad injusta.
ResponderEliminarUn abrazo para ti.
No somos todos igual de responsables. Comencemos por reconocer las diferencias.Después, salgamos a exigir que se castigue a los que se aprovechan del resto.
ResponderEliminarun abrazo
Yo no soy tú ni tú eres yo, aunque llevemos el mismo camino y estemos más que avergonzadas, furiosas, o ambas cosas. Por suerte en nuestra diversidad nos complementamos y aprendemos, por suerte existen muchas clases de árboles frutales, por mala suerte o por canallada, algunos dan frutos envenenados que solo les aprovechan a ellos. Besitos casi verdaderos.
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