En la Guerra está la vibración más baja con la que palpita el ser humano que crea y se recrea en la contienda.
El desconocimiento evolutivo, el desconocimiento de la Esencia, el desconocimiento del mismo ser humano, alberga el vacío de conciencia. Alberga la ignorancia del Amor. Alberga todo el peso de la Sombra.
Desde el comienzo de la humanidad, el ser humano urdió estrategias vivenciales como colofón de la astucia y del desconocimiento de su grandeza. Olvidó quien era, al haber elegido el libre albedrío, por el camino equivocado.
El guerra es el usufructo de la Sombra. Es el regocijo del triunfante que no ve su propia derrota, aunque aya friunfado a los ojos de las contiendas.
Quien hace la guerra, bien en el plano físico o espiritual, habrá de reconocer las Leyes de la propia naturaleza.
Su evolución espiritual, quedará cerrada en el círculo de la incoherencia, durante tanto tiempo, como circunstancias adversas haya causado.
Y no es la Luz quien le ajusticia, sino que él mismo, se hará cobarde para subir su ascenso ni un solo peldaño, aunque la escalera esté ante su mirada.
La evolución es contraria a la agresión, al abuso, a la Sombra.
Para poder ascender es necesario alumbrar las vivencias oscuras, la incoherencia y los disturbios.
El ser humano ha de mirarse y ver qué, ese otro, que yacerá en sus manos, lleva la misma Esencia que él mismo.
Por eso, quien hiere, se hiere. Quien mata, se mata. Quien anula, se anula.
Los pensamientos diferentes han de existir, las discrepancias han de dirimirse. Pero todo ello ha de cubrirse con la comprensión y el Amor.
Por eso:
No luches contra ti.
No te agredas.
No te destruyas.
No te odies.
No te aflijas si todo eso lo vierten sobre ti. Pon un rayo de Luz de Amor, para quien intente enturbiar tu ascenso.
Sólo cuando el ser humano se vea en el otro, vivirá la libertad, la coherencia, la dicha y el Amor incondicional.
Todo es muy sencillo. Todo es fácil cuando abarca la Mente, la coherencia. Todo es fácil cuando habla el Alma.
Todo es tan alcanzable cuando se manifiesta el Espíritu…
¡Ojalá todo fuera tan fácil cuando habla el alma y se libera...!
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.
Siempre han existido y existirán las guerras, ¿por qué?, ¿tal vez decir que interesan los enfrentamientos, las desigualdades?, duro es pensar eso, pero todos lo pensamos, creo yo. La lucha por el poder es contagiosa amiga mía.
ResponderEliminarTodo lo que tu dices es maravilloso, querida Celia, pero el ser humano no camina derecho casi nunca, LAMENTABLEMENTE.
Un beso, amiga
fina
Siendo conscientes de cada situación, comprender al otro, ponerse en su piel, oir su verdad diferente pero tan válida como la tuya, y desde el Amor los enfrentamientos dejarian de existir
ResponderEliminarEs condición humana que haya guerras y enfrentamientos
Cada uno ha de evolucionar o no siendo víctima de sus propios errores
Graias Celia, un abrazo
ResponderEliminarEs hermoso tu post...
pero,
como,
¿amar al otro como a mi mismo?
¿ amarme de verdad a mi mismo?
hay que reconocer la verdad y ponerla delante de tu corazón.
de momento es un buen trabajo ver la VERDAD.
¿Que mayor gozo que AMAR A TODO Y A TODOS AMANDOME?
Jesus el Cristo así lo dijo.
Un abrazo querida Celia y amig@s
Si ya la guerra en general es difícil de asimilar, la guerra contra uno mismo es inadmisible. Siempre hay razones para evitarla...
ResponderEliminarBesos
Unas sabias palabras que sirven de buenos consejos. Me ha gustado mucho tu entrada Celia. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
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