Hasta donde alcanzo a comprender… En nuestro Yo, habita la Permanencia. Se instala la Quietud. Se vive la Libertad. Se encuentra el Conocimiento. Se siente la Verdad. Se absorbe la Sabiduría. Se palpa la Realidad. Y la gran Realidad es que Yo... es Tú. El yo Racional, comete errores. El Yo Espiritual, nos enseña el Camino. El díalogo no se hace esperar mientras la vida transcurre, entre Luces y Sombras.
Gran reflexión, querida Celia, para plantearse muchas cosas
ResponderEliminarAbrazos, amiga
Fina
Seguro que sí, Celia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Su misión es añadir dificultad para que nos hagamos más fuertes. Sí, están ahí por algo.
ResponderEliminarUn abrazo
Puede ser que cada piedra cumpla una función en nuestro trayecto de vida, pero que difícil es tropezar con ellas y soportar la caída. Eso sí, después nos queda una enseñanza, y trataremos de no volver a encontrarla en nuestro camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay de las piedras en el camino, cuánto se puede decir de ellas... Al final concluí por volar para dejarlas en su sitio y resguardar el mío :)
ResponderEliminarBella reflexión, querida Celia. Me dio mucho gusto volver sobre tus letras, tu carisma y tu inmenso corazón.
Las circunstancias a veces me alejan del ciberespacio, pero mi porfía es grande, vuelvo cada vez que puedo.
Un beso enorme.
Ser mas serenos ante las caidas de los demas ...y las nuestras , es AMOR. Un abrazo tierno amiga.
ResponderEliminarMi querida Celia, paso mejor por tu blog porque no quiero por un tiempo ir al Fece.
ResponderEliminarAllí te leí esto. Las piedras son algo tan telúrico y tan nuestro que tienen muchas connotaciones. Aquí se trata de si tropezamos en ellas y qué debemos hacer porque representan los obstáculos. Sinceramente algunas mentes son como ellas, duras, imposibles de ceder ante las realidades que están claras, tanto como el corazón. Opino que es cuestión de rodearlas y seguir y, si nos dejan al caer como nazarenos pues también, pero seguro que siempre será por algo. El sentimiento como el intelecto son parte de dos fuerzas que entre sí son tan fuertes como ellas y luchan entre sí dentro de nosotros. Todo llega a conseguirse mientras no nos quedemos como ellas o nos saltemos la piedra, por tirarlas al tejado y nos hagan correr a pedradas. Sí querida, pero si no es así no aprenderíamos a reflexionar por eso mismo que nos pasa. Un abrazo.
Muchas gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarBesinos.