Los desórdenes de la vida, están trazados, para que el ser humano, elija su opción en la experiencia terrena.
Tal vez no es tan sombrío aquel que brinda oscuridad para que el ser humano, que elige vivencia evolutiva, esté a merced de seguir el juego de la sombra, o por el contrario, alumbre esa vivencia de baja vibración.
Hemos de imaginar el juego de unos niños:
Uno se tumba en el suelo, corriendo riesgo, para que otro, en su hazaña, salte.
Uno se sube escalando una ladera con intención de llegar hacia lo alto mientras muestra sus pisadas, abriendo paso para quien lo sigue.
Uno cree que es una trampa mortal, y no cruza el bello río.
Y la trampa pensada, no es otra que su propia sombra reflejada.
Así es la vida humana.
Una elección diversa llena de Luz y a la vez, de contienda.
No hemos de temer nada, porque todos, tarde o temprano, retornaremos a nuestro Origen.
Recordemos que, ser cruel, no solo es hacer daño al otro, con tu pensada actitud, ya que ello puede estar escrito en la vivencia elegida en el juego existencial, para la propia evolución.
Siempre existen deudas de experiencias pasadas, y en la mano del ser humano está, pagar con afrenta la pasada afrenta, o tender la mano a aquel que antes le hirió.
Pero, lo realmente cruel, es maltratarte, lisonjearte, odiarte, atraparte en ese oscuro túnel, tú mismo.
Aquí, el propio maltrato no está a merced del otro, pero tú, que te odias, no harás más que odiar a los demás.
Por ello es necesario limpiar el corazón, retornar al Amor que realmente eres, y así, hacer que tus hechos sean de Amor.
27-11-2020