El Todo y la Totalidad son la conjunción de las Partes.
En ambas vertientes existen sus derivaciones, por ello, hablaré del Todo como "Parte" que se involucra en la Existencia plena y la Totalidad es el culmen de la Existencia blanca u oscurecida.
Cuando el Todo, derivado de la Totalidad, se involucra en las distintas Vertientes de una única Realidad, es por ello que el Todo es parte de dicha Totalidad.
La Totalidad es la no derivación de parte alguna, pues la Totalidad acoge al Todo y a la Parte.
El Todo, es tu cuerpo, a su semejanza con todas sus percepciones y sentimientos que la Totalidad.
Y la Totalidad es el Todo, que en Todo Es, con sus derivaciones. Tu cuerpo es un todo, pero a la vez tus sentimientos y pensamientos hacen tú Totalidad, junto a las realizaciones percibidas, vividas y experimentadas.
Dios es la Totalidad de muchos Todos.
Un ser humano individual es un Todo, pero no es la Totalidad, pues la Totalidad serían los Todos llenos de Parte.
El Todo alberga Luces y Sombras y esas Luces y Sombras derivan en sentimientos y en realizaciones que pueden ser luminosas o sombrías.
La Totalidad son todos los conceptos, las vivencias de las distintas manifestaciones en cualquier parte o Dimensión.
El ser humano alberga al Todo, que puede ser Amor o interpretación sombría (dependiendo del Alma). Es juez y parte. Es lección de aprendizaje y a la vez es Sabiduría plena en el encuentro Consigo mismo, sin ser Sabio ante la Totalidad.
Cuando el ser humano se encuentra con su Infinitud, ya todo es comprendido y sus juicios, sus cuitas, sus desarrollos espirituales, están ligados a Sí mismo, junto a la manifestación de las Dimensiones en sus diversos estados de Conciencia y de Consciencia.
El ser humano es Alma y es Espíritu. El Espíritu es el que Es y el Alma es parte Espiritual, que puede ser luminosa y oscurecida.
"El Todo alberga la parte y la Totalidad alberga al Todo y a la parte"
Celia Álvarez Fresno. 8-12-2020