Ya no tengo miedo ¿recuerdas?
Aquella mañana de domingo, lo tiré ladera abajo y me desprendí de él para siempre.
El cielo me amparó cuando intentaba capitanear un barco que no era el mío. Era un trozo de idea que se aferró a mi memoria y que un día de domingo se convirtió en ilusión tan solo.
Y entonces comencé a construir el buque del Amor, afianzando mis pisadas sin tener en cuenta las olas ni el mar bravo.
Y fui fuerte y creyendo en Mí, la vida me brindó trozos de dicha y oro.
Y hoy soy feliz, porque vivo esperanzada y segura de que al final del Camino no hay abismos y sí, un paño que seca los sudores de esta vida difícil para que, entre la experiencia, regresemos a Ti.
Celia Álvarez Fresno
No hay comentarios:
Publicar un comentario