Habité en el regazo
sin saber que existías.
Encontré una plegaria
con suspiros y dichas.
Sollocé noches largas
Arrullé tu presencia
sin estar tú presente.
Huérfana de dichas
colmada de penas
escuché una sonrisa
Pero
venció...
la sombra.
Hasta donde alcanzo a comprender… En nuestro Yo, habita la Permanencia. Se instala la Quietud. Se vive la Libertad. Se encuentra el Conocimiento. Se siente la Verdad. Se absorbe la Sabiduría. Se palpa la Realidad. Y la gran Realidad es que Yo... es Tú. El yo Racional, comete errores. El Yo Espiritual, nos enseña el Camino. El díalogo no se hace esperar mientras la vida transcurre, entre Luces y Sombras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario