El Alma, canto esperado al ser, que ilumina el paso de la oscuridad. Aplaca el miedo ajeno con sus notas, ante el que sufre, ante el que no ve.
Vueltas de un collar que poco a poco teje su forma. Inmaculadas cintas de oro que hacen que quien las contemple vibre con su vibrar.
Qué preciada caja de recuerdos posees, Alma inmortal, que enseñas con la sencilez de la verdad.
El Alma es tan pequeña que una molécula podría albergarla. Y es tan grande que con sólo ser cubre el mundo entero. Y es tan ligera que el peso con su pesa no se altera; y es tan libre que con solo saberse libre vuela y se cubre de tintes diferentes jugando a existir.
Ella vive prisionera y sueña con terminar la vida en donde sirve a aquél que aprende.
Buenos dias Celia,
ResponderEliminarUna preciosa descripción de esa alma inmortal, Esencia sublime del ser humano. Que vive prisionera del cuerpo como tu bien dices para servir y mostrar el camino a aquel que "quiera" aprender.
Gracias por este aporte que esta fria mañana me a reconfortado mi interior
Alma prisionera de la vida en la escuela...
ResponderEliminarA veces molécula que todo lo contiene... a veces inmensa y exagerada que aprieta por estallar para ser parte incontenible...
Me gusta empezar la semana así... hablando al alma...
Gracias Celia,
Paco, el Alma... siempre el Alma. La que no muere. La Esencia del Ser.
ResponderEliminarMi tema preferido.
Gracias, amigo, por estar ahí.
Flipo, ¡También para mí es el Alma un sentimiento maravilloso!
ResponderEliminarMe gusta adentrarme en el ser humano (comenzando por mí). Me alegra que estes aquí, yo también visito tu blog, y disfruto mucho en él.
Un abrazo
Un bellísimo retrato de "La gran olvidada".
ResponderEliminarSiempre es un buen momento para dejar que el silencio abra un poro por el que pueda respirar.
Gracias.
Feliz lunes !
Muy interesante tu rincón me gusta lo que escribes.Veo una profundidad cristalina en tus palabras,celebro haberte encontrado o que tú me hayas encontrado a mí,eso es lo de menos.Un abrazo
ResponderEliminarCelia, tus palabras son como un oasis en el desierto, perdona que use esta frase manida, pero es lo que se me vino a la cabeza en este instante.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por seguirme, porque así he podido descubrir tu blog, me parece muy profundo todo lo que escribes, me gusta tu blog.
ResponderEliminarUn beso.
El alma es la que nunca muere, y siempre perdura interiormente dentro de nosotros, debemos cuidarla y mimarla.
ResponderEliminarOtro beso.
¡Hola Celia!, soy Salvador. Escribo por primera vez en tu blog y, creo, no será la última, sino el comienzo de un compartir que nos reconforte y nos ayude a perfeccionárnos en ese darnos y recibir, que es la convivencia, aún a través de Internet.
ResponderEliminarDoy las gracias por tu confianza e interés en subscribirte a mi blog, y ello, "hace un momento lo compartía con Hilda, profundo su blog", me ha sugerido la gran responsabilidad que contraigo contigo y todos los demás en dar de mí el gusto por el bien y la verdad que nos vaya purificando en el devenir de nuestro camino hacia, precisamente el alma, la llamada de santidad que se contiene en nuestra alma creada por DIOS. Por eso es inmortal.
Un abrazo fuerte por presentarte en mi camino y ayudarme a caminar junto a ti y los demás. Eso será motivo de mi próxima reflexión.
Ave ¿En dónde estás? No veo nada nuevo en tu blog... Estás bien?
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Hola Buscador de sueños.
ResponderEliminarAlguien dijo que "la vida es sueño". Yo también celebro haberte encontrado a ti.
Nos leemos.
Saludos.
celia
Felisa ¡que buenas palabras!. Las archivo en mi chip, para cuando esté un poco baja y desanimada.
ResponderEliminar¡Me levantarán el ánimo!
Un beso
Maria, el Alma es lo que nos hace ser.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Salvador, celebro que hayas entrado en mi blog. Nada es casualidad en esta vida. Pienso que todo es por algo. Seguro que podemos aprender mucho los unos de los otros.
ResponderEliminarUn saludo, y gracias por estar ahí.
¡Ay el alma!. Toda una incógnita, quisiera estar tan segura como tú de su existencia; aunque supongo que algo hay en nuestro mundo interior que no conocemos y nos deja sin palabras.
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