Resulta que hace tiempo, estábamos sentados en un Restaurante uno de mis hijos y yo.
Pedimos un menú, charlamos, nos sonreímos, porque yo soy muy sonreidora; aunque ellos, mis vástagos, dicen que tengo bastante mala leche algunos días…
Pero ese es otro tema.
Bueno, el caso es que nos sirven el primer plato. Recuerdo que el mío era una ensaladilla rusa.
Nos lanzamos a degustar aquello con fruición, y cuando ya llevo por lo menos tres bocados llega el camarero:
-"Perdón señora; usted no ha pedido esta ensaladilla porque la suya lleva aceitunas y esta no tiene. Este plato me lo ha pedido el señor de aquella mesa", –dice mientras dirige su dedo índice hacia un lugar cercano a mí
Y él, con todo ímpetu... me lo retira, mientras miro atónita cómo le deja el plato con mis tres bocados de menos al hombre.
Cruzamos unas miradas de asombro él y yo; mientras el "profesional" hace lo propio dejándome el plato que también llevaba la huella del tenedor.
La verdad es que no hemos comido aquél día. Nos hemos puesto a llorar como tontos en medio del Comedor; eso sí… de risa.
Pedimos un menú, charlamos, nos sonreímos, porque yo soy muy sonreidora; aunque ellos, mis vástagos, dicen que tengo bastante mala leche algunos días…
Pero ese es otro tema.
Bueno, el caso es que nos sirven el primer plato. Recuerdo que el mío era una ensaladilla rusa.
Nos lanzamos a degustar aquello con fruición, y cuando ya llevo por lo menos tres bocados llega el camarero:
-"Perdón señora; usted no ha pedido esta ensaladilla porque la suya lleva aceitunas y esta no tiene. Este plato me lo ha pedido el señor de aquella mesa", –dice mientras dirige su dedo índice hacia un lugar cercano a mí
Y él, con todo ímpetu... me lo retira, mientras miro atónita cómo le deja el plato con mis tres bocados de menos al hombre.
Cruzamos unas miradas de asombro él y yo; mientras el "profesional" hace lo propio dejándome el plato que también llevaba la huella del tenedor.
La verdad es que no hemos comido aquél día. Nos hemos puesto a llorar como tontos en medio del Comedor; eso sí… de risa.
Falta un dato, ¿no sería fin de semana? Es que algunos camareros son...
ResponderEliminarSobre todo hay que ser muy fino para hacer eso.
ResponderEliminarPero resulta que lo que está detrás muchas veces no lo vemos.
Y ojos que no ven corazón que no siente, pero esta vez los ojos veian y no me estraña que os rierais sin parar.
Yo también me he reído Celia ¡menudo camarero ese! Yo no me atrevería a ir a ese restaurante en el que se equivocan y te ponen las sobras del plato pedido porque otro lo degustó primero en tu lugar, jajja!
ResponderEliminarEsta semana más tranqui, me paseo por aquí un poquito. Un gusto leerte.
Besos.
Algunos camareros van tan estresados,que hacen su trabajo por inercia.
ResponderEliminarEste sin duda tenía la mente ocupada en otro lugar,probablemente muy lejos de su puesto de trabajo,jajaja
Hay que tomarlo con filosofía,pues todos somos humanos,pero...
Besos.
Joé, qué arte tenía el camarero, no?
ResponderEliminarjajaja
Menos mal que os lo tomásteis con humor, que seguramente otra persona le habría montado un "pollo"...
:)
Besos, Celia.
JA,JA,JA,JA,..CELIA ERES AUTENTICA..YO ME LA HUBIESE COMIDO..JE,JE.
ResponderEliminarEN CUANTO A MIS COMIDAS CELIA..SON DE LO MAS NORMAL..ME INSPIRO CON LA IMAGINACION ,O QUIZAS CON LA ENSALADILLA,JEJE
BESOS.MJ
Jejeje pobre hombre... un mal día lo tiene cualquiera y además, pocos son los sitios de los que te llevas además del estómago satisfecho, una anécdota que compartir y que desde luego pinta sonrisas por aquello de que el mejor humor procede del absurdo y la cutrez...jejeje... lo dicho pobre hombre.
ResponderEliminarGracias por compartir las escena
Un abrazo Celia.
Cuando uno cree que ya lo ha visto todo, la vida se encarga de ponernos un camarero como éste para que no perdamos la capacidad de asombro.
ResponderEliminarJajaja ¡horrible!
Besos.
Ay, si yo te contara algunas cosillas que me han pasado en los reataurantes, jajajja. Los profesionales brillan por su ausencia. Qué risa...
ResponderEliminarLo que no te pasa a tí...me gustaria verte la cara de asombro,son cosas de la vida, el camarero era muy poco profesional, tenia que ir a la cocina y hacer el cambio, que es lo que hacen normalmente y nos quedamos tan tranquilos,
ResponderEliminarUn beso.
conchi.
jejeje, gracias...
ResponderEliminarHola Manolo.
ResponderEliminarNo. No era fin de semana. Y el "camarero" parece que pertenece a la familia de los dueños del lugar.
Reír es saludable.
Un abrazo
Carrachina. Si delente de nuestras narices se hace eso ¡imagínate!. Mejor no pensar. Un beso
Pantera, prometo que es un lugar a donde no os hemos llevado en vuestra estancia en Gijón. No te preocupes.
Un beso
Marinel. Doy fe que ha sido así el tema. Han pasado años, y no lo olvidamos.
Un abrazo
Lourdes. Hombre... arte...arte, no.
Pero la verdad es que mejor dedicado a otro oficio, tal vez.
Un beso
M. José. La verdad es que no sé lo que hizo el hombre que recibió mi plato. Nos centramos en no poder respirar de la risa.
Un beso
Hola Ave. No sé si repitió algo semejante. Por supuesto no hemos vuelto por el lugar.
Un beso, Ave.
Liliana. La escena ha sido de película de Charlot.
Un abrazo
Mercedes.Mejor dejemos los entresijos de la cocina, que eso debe de ser mucho peor.
Un besito
Hola Conchi. Pregúntale a Edu. Él no se ha olvidado. Yo tampoco.
Un beso
Hola Cermen. jejeje.
Un beso.
Es que no es para menos, jaja
ResponderEliminares de monólogo de humor ;)
jajaja
Besos
Estas situaciones sencillas pero sorprendentes, tan bien contadas, son un bonito broche para este día.
ResponderEliminarUn beso.
Soledad.
Me gusto tu blog te leere seguido. Espero tu visita.
ResponderEliminarcariños.
Amiga. La vida está llena de pequeñas cosas que llevadas a un libro puede dar para mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Soledad. Sí. La verdad es que nos ha sorprendido en su momento. Hoy es una simple anécdota.
Un beso
Sussa. Te visitaré.
Saludos para ti.
jajaja, ¿el señor también lloró de la risa? supongo que tampoco comió.
ResponderEliminarPero igual, les cobraron. Ay, este mundo...
Celia
ResponderEliminarbiennnnn que puedo decir... parece imposible todo eso que cuentaste. Seguro esaaa historia solo poderia terminar asi... con esa sonreisa imenso, que leva a llorar
jajjajjajaj
gracias por partilares conosotros ese momento divertido y raro
un abrazo
Pedro
Oye tocaya, si que es un camarero muy mal educado, cualquier persona que trabaje de ello admite su equivocación y les lleva un platillo nuevo a cada uno, Tu te reíste, yo no comería y pediría hablar con administrador para que me atendieran adecuadamente. De lo contrario me iba y no pagaría.
ResponderEliminarMe reí pero es una falta muy grande ese comportamiento
Un abrazo amiga