Rememorando este gran orgullo para mí. Mis padres, presentes en estas letras:
PREGON FIESTAS DEL AVELLANO 2008. Pola de Allande. Asturias.
Sr. Alcalde, autoridades, lugareños y visitantes, gracias a todos.
Recibí una invitación para estar aquí hoy, y tengo que deciros que ha sido una noticia inesperada y maravillosa.
No podía ser más feliz, ya que en mi amado Allande, me tenían en cuenta para un acto semejante.
Comencé a asimilar lo recibido y a deliberar sobre la forma de escribir unas líneas, con la idea de poder ofreceros, el pregón mas hermoso del mundo…
Pero… ya estaba escrito por alguien en algún lugar, y volví a mi realidad.
Después pensé en hablaros sobre toda la historia que existe en esta entrañable Pola de Allande y su entorno, pero también me di cuenta de que estaría ante gentes que se interesan por su pasado y su presente, y que tal vez aburriría contando lo ya sabido.
Por eso recurrí a mi corazón y comencé a escribir sólo con él, abriendo mis sentimientos a flor de piel, así como los que yacen escondidos en el entonces, desde esa niñez en mi San Salvador del Valledor, del que partí siendo niña, pero que nunca dejé, ni corté el cordón umbilical que me une a mis raíces.
Estamos de fiesta.
Hace mucho tiempo, el día de la fiesta era el DIA.
Soñábamos durante todo el año, con ese momento festivo, en donde recibíamos a familiares y amigos, con unas viandas preparadas con esmerado mimo; y se disponían mesas y casa con las mejores galas.
Se estrenaban vestidos y zapatos, para lucir por encima de las flores y del color que abunda en el paisaje rural.
Todo en la vida cotidiana se ceñía a la esperada jornada festiva, y antes, los días pasaban muy lentamente, para que, después del disfrute, que sabía a poco, nos invadiera la nostalgia que se diluía lentamente cuando comenzábamos a pensar en el año próximo.
Ahora, las cosas han cambiado mucho, y a diario se estrena y se preparan comidas especiales.
Pero aún así, el arraigo de las celebraciones, levanta entusiasmo y expectación.
Hoy estamos de fiesta, y evidentemente se esperaba el día, y disfrutaremos con toda esta magia que nos invade.
Aquí, en este lugar y en todo el Valledor vive la grandeza y la gallardía.
Grandeza de acogimiento y de nobleza en los sentimientos de sus gentes, en donde nadie es forastero.
Y gallardía, esa que hace que nos sintamos orgullosos de haber nacido y vivido en estos lugares paradisíacos, guardados celosamente por los habitantes, como aquel tesoro que admiramos y que tememos nos sea arrebatado de alguna manera por alguien que no sepa apreciar nuestra fortuna.
Estamos de fiesta en las Puertas del Paraíso, esas puertas inmersas en el Valledor, en donde brillan los capudres floridos, en donde el oro se cobija en las entrañas de la tierra, en donde las montañas nos muestran sus vestidos de diversos colores, y los pueblos enseñan sus cascos grises con la pizarra del lugar.
En donde los ríos cristalinos, cantan en su bajada, y nos hablan de la bonanza escondida arrastrando de vez en cuando ese testimonio en forma de granitos dorados.
La fauna alerta con sus sonidos, la majestuosidad del entorno y las aves rapaces, planean una y otra vez, como no podía ser menos, con la tranquilidad que el paraje merece.
No deseo adornar mis palabras con palabrerías, porque aquí ya estamos sobradamente adornados por vibraciones positivas, paisajes e historia.
Los antiguos caminos de carro, se convirtieron en cómodas carreteras, algunas casas de antaño, son hoy, moradas de veraneo, aquí y esparcidas por todo el Valledor, para tantos y tantos emigrantes, que aún sabiéndose habitantes de uno de los más bellos lugares del mundo, tuvieron que partir a buscar fortuna bien, allende los mares o en la propia Europa, ya que la belleza, no vamos a engañarnos, se vio opacada por unos tiempos muy difíciles y por unos sueños transmitidos de unos a otros en aquellas cartas que llegaban hablando de bonanzas en otros lugares.
Como gentes de bien, y acostumbradas al trabajo, muchas personas han sido afortunadas de volver y edificar las magníficas casas que podemos admirar en estas laderas.
Hoy, vamos a recordar a tantos y tantos que han partido, y que por cuestiones de la vida, nunca han regresado en cuerpo, pero dada mi creencia de perpetuidad de alma, pienso que de algún modo, hoy nos acompañan, vistiendo las galas del recuerdo y los abrazos de la sangre y están celebrando con todos nosotros el comienzo de estas fiestas de Nuestra Señora del Avellano.
Vamos a celebrar estos festejos que comienzan hoy, con toda nuestra ilusión.
Estamos preparados para disfrutar y pasar momentos agradables, y aprovecharlos al máximo, ya que como bien sabemos, la vida no es siempre festiva, y tenemos que arañar los momentos amables que nos brindan las vivencias.
Dentro de unos momentos, sentiremos la música de fiesta, aunque aquí, la música se siente perpetuamente ya que el Río Nisón, con la claridad de sus aguas cantarinas, entona el canto de los valles, y nos transmite en las gotas, la fortuna de sentirse lugareño.
Así me siento yo. Afortunada.
Y quiero deciros que me siento tan lugareña como el río. Y quiero deciros que siempre estaré a vuestro lado y que prestaré mi ayuda, si es que alguna vez más tengo la fortuna de sentirme requerida.
Y una nostálgica mirada a mi pasado con un recuerdo especial a mi padre que ya no está en cuerpo con nosotros, pero estoy segura de que se ha engalanado de fiesta y nos mira desde algún punto de la existencia.
Y una mención a mi madre, nacida en Fonteta, y que a sus 87 años, nos está acompañando en este día tan especial para todos.
¡Estamos de fiesta!
Una fiesta en donde las fronteras no existen, porque aquí reina la unión y el acogimiento.
Un ¡viva! por Pola de Allande! ¡Por San Salvador del Valledor!
¡Por el Valledor! y ¡Por todas los visitantes y lugareños!
¡Y sobre todo… Por nuestras fiestas del Avellano 2008!
Celia Álvarez Fresno.
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