También hemos pasado momentos de tristeza y dolor de Alma y todo ello, contribuye a que seamos lo que somos.
Alguna vez tenemos criterios encontrados y nos desunirnos, aportando nuestras razones como estandarte para proclamarnos vencedores en las contiendas.
Muchas veces realizamos actos que causan la amargura ajena y no somos conscientes de ello.
Muchas veces entonamos canciones de paz y elevamos el sentimiento ajeno y el nuestro propio.
Porque la vida muestra sus dos caras, como los astros del cielo y las pisadas en la tierra.
Somos seres mágicos, llenos de Gloria y de Amor que a su vez, entonamos letanías con los pinceles de nuestra humanidad preciosa. ¿O no es precioso vivir? ¿No es maravilloso poder emerger de esas situaciones difíciles que nos prestan las experiencias de la vida? ¿No es maravilloso experimentar los sabores, los sentimientos variados y la propia vida con Luces y Sombras?
Alguna vez pensamos que tiraríamos la toalla ante tanto carrusel de vivencia amarga, pero hemos de comprender que la vida es eso: variedad de preguntas y respuestas: Frío y calor. Alegría y tristeza.
Las circunstancias llegan a nosotros pero no se quedan. Solo van mostrando -como esa película que observamos sentados en el sofá-, las Luces y las Sombras.
¡Elévate, ser humano!
Despierta esa Esperanza que subyace en nuestro interior y que viene a rescatarnos de la tristeza.
Llegará el día en el que podremos salir a la calle y cantar nuevamente canciones de Amor y Vida, con ese abrazo de Luz que siempre... siempre... nos acoge.