Alguna vez estamos tristes sin aparente motivo.
Otras veces sufrimos por realidades y los ojos lloran y la
vida ya no nos sonríe.
Cuando miro hacia mi pasado veo tanto sufrimiento
innecesario... veo tanto tiempo perdido imaginando desdichas que gracias a Dios, no han llegado
a mí, tan terribles como alguna vez imaginaba...
Por ello, cada día intento que no vuele ese pensamiento que
derriba y que hace sufrir sin justificación alguna.
Cada día “hablo” con la Fuente y le pido que no se me
desborde ese río absurdo que piensa en derrota y tragedias.
Cada día intento mejorar en mi autoestima, en mi valoración
interior, en mi camino, ese que me lleva hacia el Camino.
Cada día intento tener el control suficiente para que desde
la reflexión, mi mente no vaya cuesta abajo, arrasando ilusiones propias y
ajenas.
Cada día intento subir un nuevo escalón hacia la Vida, pero
otras veces me voy en deriva, cuesta abajo.
Y entonces Alguien en mi interior me susurra:
“Vivir es experimentar vida. Una vez Luminosa, otra Sombría,
pero es tan necesario vivir en el presente, sin imaginaciones absurdas, y
reconocer que en las diversas lecciones están las bellas lecciones de la razón
de Ser...”
Y yo, prometo no derivar en pensamientos vanos y ceñirme a
la realidad del momento, sin sufrir a causa de esta mente que vuela en
derribas.
Y yo, hoy, intento que las incertidumbres, sin razones, no
rocen mi pensamiento.
Y me encomiendo para ser feliz, siempre que pueda. Así lo
pienso y así lo comparto.
Celia Álvarez Fresno 14-04-2021
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