Si tuvieras momentos para ti, para analizar tu vida.
Si tuvieras sentimientos para pensar en ti y en tus riesgos.
Si tuvieras solamente un día para vivir.
Si tuvieras un clavo que sacarte del corazón en solo
unos minutos.
Si tuvieras que tomar una decisión sobre tu presente en solo
un cuarto de hora.
Si tuvieras un pájaro entonando una melodía durante solo un
día.
Si tuvieras que decir unas palabras a alguien amado, por una
sola vez.
Si tuvieras la ocasión de poder mirar el firmamento durante
unos minutos.
Si tuvieras que vivir un
Amor durante un solo día. Si tuvieras que decirle a Dios una sola
plegaria en tu vivir.
Si fueras compañera de un amigo durante un cuarto de hora.
Si solo pudieras vivir un solo día participando de variadas
ocasiones en esas horas… ¿intentarías regalar felicidad? ¿Intentarías beberte
la vida con la fuerza de la sed? ¿Intentarías que no hubiera heridas para otro
ni para ti misma?
Reflexiona. Mírate. Observa tu actitud y piensa que la vida
está compuesta de tiempo. Aprovecha ese tiempo y riega Vida como si fueras el
agua de la Fuente. Porque Fuente eres y
Vida, también.
Porque en la encarnación no solo has de vivir. Has de
aprender a ser Vida.
Celia Álvarez Fresno.
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