A ti, Alma Bella, que me susurras sobre tantas vidas transitadas desde la Concepción de tu Ser.
A ti, qué luces armoniosa aunque mi razón no quiera comprenderte.
A ti, Alma noble, que abarcas los sentidos bellos de la Vida con el abanico de colores que da aire y Amor.
A ti, te debo todo:
Te debo el aliento que me ofrece vivir.
Te debo el sentimiento que participa Amor.
Te debo el equilibrio para caminar entre las rocas.
Te debo mis suspiros cuando te sientes triste y llora el corazón
A ti, Alma armoniosa, te dedico una estrofa uniendo firmemente el corazón con el Amor.
A ti, sucesión de sonidos que claman entusiasmo cuando llora la razón, por cualquier cosa.
A ti te alabo hoy.
Pero… me pregunto: “¿No eres tú quien escribe, Alma adorada?”
Y entonces desde dentro escucho estas palabras: “Somos Uno en ti misma, al igual que somos Uno en el compendio existencial.
Todo parte de la unicidad del Ser Primero.
Todo es Uno, Amor.
Todo es Uno solo, teñido de tantos tintes como seres hay.
Pero somos Uno, Amor. Somos Uno”
Celia Álvarez Fresno 01-04-2022
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