Era tarde de flores desde la primavera.
Hermosas madreselvas trepaban monte arriba y el arroyo cantaba una canción, entre piedras y barro.Era tarde de campos llanos con meandros trazados por el río, en otro tiempo… en otro cántico de la Naturaleza.
El Sol mira, y desde sus rayos, se va posicionando con mensaje directo al corazón.
El tiempo pasa.
La noche llega y la Luna compone sinfonías regalando ilusión a los enamorados que contemplan sus caras.
El cielo, en la mañana es nube triste pero entre su tristeza… mana lluvia y entonces, los campos ríen y la alameda presume con sus flores regadas entre tierra.
La Vida canta y el Ángel del Amor… susurra historias bellas
Y las gentes se juntan y los brazos se abrazan y las historias ríen porque el Alma ya no se enluta con la pena.
El Sol regresa, el Cielo brilla, las manos se entrelazan y mientras… el corazón escribe poemas de Amor entre los latidos que invitan a vivir, disfrutando el momento, con miras cortas, con brazos abrazados entre las risas mientras suena una nueva sinfonía de Unión Eterna, prefacio de un nuevo latir en pos de Vida… al son de la vivencia cotidiana, que enseñe a recordar que entre la jungla, también crecen esas semillas que florecen hoy, u otro día.
Celia Álvarez Fresno 19-03-2022
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